HOJA PARROQUIAL
21 y 22 de Octubre del 2023
Domingo XXIX del tiempo ordinario. Ciclo A
“ Dar a Dios, lo que es de Dios ”
La existencia de cada persona se realiza y se desarrolla (o se ve impedida y obstaculizada) en diferentes ámbitos: la sociedad, con sus distintos elementos: político, económico, educativo, de valores, legislativo, etc. con las instituciones civiles encargadas de gestionarlos, y la dimensión religiosa de vivir la propia fe en comunidad y en misión.
¿Cómo se relacionan entre sí estos ámbitos necesarios e ineludibles? ¿Hay alguno que domine u obscurezca al otro? ¿Cuál sería el criterio de verificación de que la relación entre ambos ámbitos es correcta y positiva, más aún, se ayudan recíprocamente?
Jesús nos da, en el evangelio de hoy, mucha luz sobre estas cuestiones tan vitales y decisivas.
LECTURAS
Primera lectura del libro de Isaías 45, 1. 4-6
Salmo 95, 1 y 3. 4-5. 7-8a. 9-10ac R/. Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Segunda lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 1-5b
Evangelio según san Mateo 22, 15-21
1. La experiencia del proceso sinodal
15. Las síntesis enviadas por las Iglesias de todo el mundo dan voz a las alegrías, esperanzas, sufrimientos y heridas de los discípulos de Cristo. En sus palabras resuena lo que está en el corazón de toda la humanidad. Expresan el deseo de una Iglesia que camina con Cristo bajo la guía del Espíritu para cumplir su misión de evangelización. «La experiencia “sinodal” en curso ha despertado en los fieles laicos, la idea y el deseo de implicarse en la vida de la Iglesia, en su compromiso en el mundo contemporáneo y en su acción pastoral» (CE Canadá).
1.1 «Los frutos, las semillas y las malas hierbas de la sinodalidad»
16. La primera etapa del proceso sinodal ha producido abundantes frutos, nuevas semillas que prometen un nuevo crecimiento y, sobre todo, ha dado lugar a una experiencia de alegría en una época complicada. «Lo que surge del examen de los frutos, las semillas y las malas hierbas de la sinodalidad son voces de gran amor por la Iglesia, voces que sueñan con una Iglesia capaz de dar un testimonio creíble, una Iglesia que sepa ser Familia de Dios inclusiva, abierta y acogedora» (CE Zimbabwe). Haití da voz a muchos, «a pesar de que hay continuos casos de secuestro y violencia, las síntesis diocesanas expresan la alegría de quienes han podido participar activamente en esta primera fase del Sínodo» (CE Haití). Lo vivido en esta primera fase es una alegría que muchos han pedido ampliar y compartir con otros. La diócesis de Ebibeyín (Guinea Ecuatorial) se hace eco de ello: «esta experiencia sinodal ha sido una de las experiencias más gratificantes que muchos han podido vivir en su vida cristiana. Desde el primer momento en que se empezaron estos trabajos del Sínodo hasta el punto en el que estamos ahora hay un gran entusiasmo en el Pueblo de Dios». Entre los frutos de la experiencia sinodal, varias síntesis destacan el fortalecimiento del sentimiento de pertenencia a la Iglesia y la toma de conciencia, a nivel práctico, de que la Iglesia no son sólo los sacerdotes y los obispos. «Al compartir la pregunta fundamental, “¿cómo se desarrolla este caminar juntos en tu Iglesia particular hoy?”, se ha observado que la gente pudo darse cuenta de la verdadera naturaleza de la Iglesia y, a esta luz, han sido capaces de ver la situación de su Iglesia particular» (CE Bangladesh).
17. El método de la conversación espiritual ha sido ampliamente apreciado, y ha permitido a muchos echar una mirada honesta a la realidad de la vida de la Iglesia y llamar por su nombre tanto las luces como a las sombras existentes. Esta leal valoración ha dado inmediatamente frutos misioneros: «se constata una fuerte movilización del Pueblo de Dios, la alegría de reunirse, caminar juntos y hablar libremente. Algunos cristianos, que se habían sentido heridos y se habían alejado de la Iglesia, volvieron durante esta fase de consulta» (CE República Centroafricana). Muchos subrayaron que era la primera vez que la Iglesia les pedía su opinión y que deseaban continuar este camino: «deben continuar las reuniones en el espíritu del método sinodal, donde todos los miembros de la asamblea o comunidad pueden expresar abierta y honestamente su opinión, y también deben continuar las reuniones con diversos grupos externos a la Iglesia. Este tipo de cooperación debería convertirse en una de las “leyes no escritas” de la cultura de la Iglesia, para fomentar el acercamiento entre los miembros de la Iglesia y los grupos de la sociedad, creando así una disposición por parte de la gente a entablar un diálogo más profundo» (CE Letonia).
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