jueves, 28 de diciembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE DICIEMBRE DE 2023

 Lc 2,22-35: Luz para alumbrar a las naciones.

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos “han visto a tu Salvador”,

a quien has presentado ante todos los pueblos:

“luz para alumbrar a las naciones”

y gloria de tu pueblo Israel».

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».



Simeón profetiza la misión de este niño que nació pobremente. Y recita un himno que rezamos en las completas cada noche. Es el descanso del creyente, que ve en Jesús colmadas sus esperanzas. Es la luz de las naciones.


El creyente es el que confía en Dios por encima de todo.

El creyente es el que sabe ver en Jesús la plenitud de todas las profecías

El creyente es el que sabe ver en Jesús el que colma todas las esperanzas.

El creyente es el que se deja iluminar por Jesús.


Simeón siendo ciego, sabe ver todo ello en Jesús, y es que, esta es la paradoja, la enseñanza, (como tantas curaciones de ciegos en el evangelio), que para ver no hace falta ser vidente, porque hay que aprender a ver con el corazón, con la fe. 


Simeón nos enseña a dejar iluminar nuestra vida por la fe, que nos dará una amplitud mayor que si nos guiáramos solamente por las imágenes que nos proporcionan los sentidos. “Lo esencial es invisible a los ojos”

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA. CICLO B

            

   













HOJA PARROQUIAL

30 y 31 de Diciembre de 2023

Domingo de la Sagrada Familia. Ciclo B


Parroquias de Ntra. Sra. de la Concepción,
de Ntra. Sra. del Carmen
y de San Joaquín y Santa Ana





“Darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús


“ Movidos por el Espíritu Santo ”


Litúrgicamente hemos vivido el Adviento, el nacimiento del Señor, y hoy, celebramos la Fiestas de la Sagrada Familia, dentro de la Octava de Navidad, que concluirá mañana, día 1 de 2024, con la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, y la Jornada por la Paz, con el lema “Inteligencia Artificial y Paz (cf. Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral 08.08.2023).

Este año 2023, la Fiesta de la Sagrada Familia, instituida por el papa León XIII, cumple 150 años. Razón añadida para celebrarla como gran familia humana de la que Dios, es el Padre.

Los medios informativos comunican con cierta frecuencia lo convulso que está nuestro mundo y cómo afectan al ambiente familiar las transformaciones de la sociedad (la ingeniería social). Las distintas clases de uniones, no solo entre personas, sino incluso de cualquier otro tipo, reciben también el apelativo de familia. A nosotros, los seguidos de Cristo, nos obliga a poner nuestra mirada en el mejor de los modelos de familia, en la Sagrada Familia de Nazaret.

Ha de ser un día propio para pensar (en oración) cómo vivir en clave cristiana nuestra relación familiar para fortalecer esa relación. Pablo a los Colosenses, en la segunda lectura de hoy, marca la pauta de la vida familiar: “Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro” porque el amor, “es el vínculo de la unidad perfecta”; también lo escucharemos del Eclesiástico. La vida de familia vivida en esta clave cristiana conlleva las palabras del evangelio, aplicables a los hijos que honran a sus padres y provocando así la admiración todos: “Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño” que escribió San Lucas.




LECTURAS



Primera lectura del libro del Eclesiástico 3, 2-6.12-14


El Señor honra más al padre que a los hijos
y afirma el derecho de la madre sobre ellos.
Quien honra a su padre expía sus pecados,
y quien respeta a su madre es como quien acumula tesoros.
Quien honra a su padre se alegrará de sus hijos
y, cuando rece, será escuchado.
Quien respeta a su padre tendrá larga vida,
y quien honra a su madre obedece al Señor.
Hijo, cuida de tu padre en su vejez
y durante su vida no le causes tristeza.
Aunque pierda el juicio, sé indulgente con él,
y no lo desprecies aun estando tú en pleno vigor.
Porque la compasión hacia el padre no será olvidada
y te servirá para reparar tus pecados.


Salmo 127, 1-2. 3. 4-5 R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.


Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.

Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sion,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.


Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12-21


Hermanos:
Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta.
Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo.
Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.
Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan el ánimo.


Evangelio según san Lucas 2, 22-40


Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:
«Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.






3. Hacia una Iglesia sinodal misionera

 

Caminar juntos con todos los cristianos 


    48. La llamada al ecumenismo, sin embargo, no se dirige únicamente a un compromiso social común. Muchas síntesis subrayan que no hay sinodalidad completa sin la unidad entre los cristianos. Esta comienza con la llamada a una comunión más estrecha entre las Iglesias de rito diferente. A partir del Concilio Vaticano, ha progresado el diálogo ecuménico: «en la experiencia concreta de nuestro país, el “caminar juntos” entre cristianos de diferentes confesiones es un hecho. Nuestros barrios, nuestras familias, los lugares donde velamos a los difuntos, nuestros lugares de trabajo son auténticos espacios ecuménicos» (CE República Centroafricana). Sin embargo, muchas cuestiones ecuménicas relacionadas con las estructuras sinodales y los ministerios en la Iglesia aún no están bien articuladas. Diversas síntesis señalan que existe también un “ecumenismo del martirio” en el que la persecución sigue uniendo a los cristianos. Las síntesis piden que se preste más atención a las realidades que generan división como, por ejemplo, el tema de compartir la Eucaristía. 


    49. También señalan el delicado fenómeno del crecimiento del número de familias interconfesionales e interreligiosas, con sus necesidades específicas de acompañamiento. Relanzar el compromiso con la unidad de los cristianos como testimonio en un mundo fragmentado requiere una formación específica que ayude a aumentar la confianza, la capacidad y la motivación de obispos, sacerdotes, consagrados y laicos para el diálogo ecuménico e interreligioso. «Aunque la Iglesia católica de la India ha intentado promover el diálogo ecuménico e interreligioso, existe la sensación de que el compromiso en este ámbito de la misión es mínimo. Los esfuerzos de diálogo sólo han implicado a élites reducidas y han seguido siendo, en su mayoría, ejercicios cerebrales relegados al ámbito de las ideas y los conceptos, en lugar de convertirse en un movimiento de masas y en un diálogo de vida, amor y acción a nivel de base, que lleve a personas de diversas confesiones e ideologías a discernir, planificar y trabajar juntas por causas comunes» (CE India). 


Contextos culturales 


    50. Numerosas síntesis destacan la importancia de reconocer que la Iglesia cumple su misión de anunciar el Evangelio dentro de contextos culturales específicos, padeciendo la influencia de los profundos y rápidos cambios sociales. Los factores varían, pero en todas partes plantean desafíos significativos para la participación y configuran la realidad de la misión de la Iglesia. El legado del sectarismo, el tribalismo y el etno-nacionalismo —expresado y vivido de forma diferente en distintos lugares— amenaza constantemente con restringir la expresión de la catolicidad de la Iglesia. 

miércoles, 27 de diciembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 28 DE DICIEMBRE DE 2023

Mt 2,13-18: Herodes mandó matar a todos los niños en Belén.

Después que los Magos se fueron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:

«Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».

José se levantó de noche, tomó al niño y a su madre, y partió hacia Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que había anunciado el Señor por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo.

Entonces Herodes, viéndose burlado por los Magos, se enfureció tanto que mandó matar a todos los niños de Belén y de todos sus alrededores que tuvieran menos de dos años, conforme a la información que había recibido de los Magos. Así se cumplió lo anunciado por el profeta Jeremías:

Se ha escuchado en Ramá un clamor, un gran llanto y lamento: es Raquel que llora por sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.


Muchas veces, se ha banalizado esta celebración con lo de las inocentadas, cuando el origen es un hecho terrible, como no lo ha habido jamás. Siempre me ha horrorizado el mal, la gente mala, lo que es capaz de hacer el mal. Y lo vemos continuamente en los telediarios y a nuestro alrededor.

Sin embargo, en este día podemos atestiguar que la Palabra de Dios se cumple: "donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia". Y de una manera exuberante ha abundado la inocencia y la pureza que superan con creces el mal de Herodes y su sentencia de muerte. 

El bien triunfa sobre el mal y la inocencia y la pureza de los niños no se corrompió por el odio y la ira del rey.

Esto es lo que me ayuda en mi vida ante tanto mal que nos envuelve, no dejarme arrastrar por sus tentáculos y seguir confiando en Dios con un corazón puro 

martes, 26 de diciembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE DICIEMBRE DE 2023

  Jn 20,2-8: El otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al sepulcro.

El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo:

- «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.


Hoy la Iglesia nos propone a San Juan Evangelista, que lo identificamos como el discípulo amado. Aquel que supo descubrir el Jesús más íntimo, aquel que supo mirar el Sol sin deslumbrarse (de ahí el símbolo del águila). El que comenta "lo que he nos visto y oído, lo que palparon nuestras manos...os lo anunciamos". 

Es el teólogo de la Navidad y el que relaciona mejor nacimiento con la muerte y resurrección de Jesús.

En este tiempo de Navidad y Nueva Evangelización, tenemos que afianzar nuestra relación íntima con Jesús, para que podamos anunciar lo que hemos visto y oído.

lunes, 25 de diciembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE DICIEMBRE DE 2023

  Mt 10,17-22: No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

- «No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»


El primer día de la Octava de Navidad celebramos a San Esteban el primero de los mártires. La iglesia desde muy antiguo celebra esta festividad uniéndolo al nacimiento de Jesús. Nos parece una paradoja, todos los buenos sentimientos y sensaciones que tuvimos ayer, para escuchar este evangelio de hoy y contemplar el martirio de San Esteban.

La iglesia nos lo presenta como el primer "testigo". Que haya nacido Jesús y Éste sea nuestro Salvador no significa que todo nos vaya a ir "chachi pirulí". Más bien al contrario, Jesús es el motor, la esperanza de luchar y entregarse hasta el final. Es tan grande, tan maravilloso, por el cual merece la pena entregar la vida. A San Esteban le todo un martirio corto. A nosotros nos toca seguramente un martirio largo, toda nuestra vida dando testimonio de la Luz.

HOMILÍA DE NOCHEBUENA-NAVIDAD 2023

 Esta noche resuena en esta iglesia el anuncio del ángel: "No tengan miedo, les traigo “la buena noticia”, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. y aquí tienen la señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre."

Parece de sueño. Como si Dios se estuviera riendo de nosotros. Necesitamos a un Salvador, un Señor, y nos envía a lo más indefenso y delicado del mundo: un niño.
Nuestra primera reacción será la de sorpresa: O como el Padre Anchieta.“¡Oh Dios infinito¡, por nos humanado, veóos tan chiquito, que estoy espantado”.
Hay un bello villancico belga en el que se narra la historia del pastor “sorprendido”. Los pastores se van acercando a la gruta de Belén llevando sus dones: su manteca, su miel, sus ovejas… Solo hay uno que se acerca con las manos vacías y abiertas. Y el villancico le pregunta: Y tú, pastor, ¿cómo vienes sin nada a adorar al Niño?. Y el pastor responde: Yo solo traigo mi sorpresa…
Es la sorpresa de Zacarías.
Es la sorpresa de sus vecinos ¿Qué será de este niño?
Es la sorpresa de María ante la visita del ángel.
Es la sorpresa de Isabel ante la visita de su prima Isabel.
Es la sorpresa de José y María: un Dios empeñado a nacer en esas circunstancias, las sorpresas de las distintas personas que venían a verlo.
Es la sorpresa de los pastores.
Es la sorpresa de los magos.
Es la sorpresa del anciano Simeón y de Ana.
Es la sorpresa de Jesús en las bodas de Caná.
Es la sorpresa de los discípulos en tantos momentos.
Es la sorpresa de la misa: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme.

Navidad es la fiesta de la sorpresa. Veinte siglos de tradición cristiana no pueden impedir que surja hoy en los creyentes la admiración y la sorpresa ante lo que celebramos estos días. Haber celebrado ya muchos años la Navidad, experimentar todos esos bellos sentimientos humanos asociados a estas fiestas no deberían bloquear nuestra capacidad de admiración y de sorpresa ante el misterio de fe.
Ignacio de Loyola se convertía en un pobrecito esclavo indigno para estar presente al misterio de la Navidad. En alguna manera, Ignacio era también ese pastor sorprendido, con las manos vacías pero el corazón muy abierto, que se acercaba al misterio de Belén: como si presente me hallase, con todo acatamiento y reverencia posibles, mirándolos, contemplándolos, sirviéndolos en sus necesidades…

Pero para poder contemplar el misterio hay que hacerse pequeño. Igual que cuando uno va a la Basílica de la Natividad, debe abajarse para poder entrar.
Es el misterio de la pequeñez. Por tanto, dos actitudes para ello: la humildad y la fe.

Y es que con la mirada normal no descubrimos nada. Pasaron 1200 años para que alguien captara con toda su senbilidad este misterio. Hablamos de San Francisco. Es verdad que los Santos Padres y todos los santos han captado la sencillez de nuestro Dios. Pero nadie como San Francisco.

Él tenía 3 fases:

Primera fase: el "ver" y las personas vivas
San Francisco le dijo a Giovanni: 'Si quieres que celebremos en Greccio la Natividad de Jesús, ve por delante y prepara lo que te digo: me gustaría representar al Niño nacido en Belén, y de alguna manera ver, con los ojos del cuerpo, las incomodidades a las que tuvo que enfrentarse debido a la carencia de cosas necesarias para un recién nacido, cómo tuvo que estar en un pesebre, tumbado en el heno entre un buey y un asno'. 
El Belén busca que "miremos", miremos con humildad y con los ojos de la fe.

Segunda fase: no sólo representación histórica y emotiva, sino también celebración y conversión
Va unida a la Eucaristía donde lo celebramos litúrgicamente, pero al mirar y empaparse del misterio. Por ejemplo, al final llegó Francisco: vio que todo estaba predispuesto según su deseo y estaba radiante de alegría. Se montó el pesebre, se puso encima el heno y se introdujeron el buey y el asno. En esa escena conmovedora brillaba la sencillez evangélica, se alababa la pobreza, se recomendaba la humildad. Greccio se había transformado en una nueva ciudad de Belén. (...) El Santo está allí, estático, ante el misterio, su espíritu vibrante de compunción y de gozo inefables. 

Y muchos de los presentes llegaron a convertirse. El niño Jesús resucitaba en el corazón de muchos que lo habían olvidado, y el recuerdo de él permanecía grabado profundamente en su memoria. Cuando terminó esa vigilia solemne, cada uno volvió a su casa lleno de una alegría inefable"
 

Tercera fase: de lo que pasa a lo que queda, del pesebre a una iglesia, de una sola noche a la normalidad sacramental

La "noche del pesebre" de San Francisco tenía que concluir como nuestros belenes, que en un determinado momento desmontamos. Pero la conclusión de Tomás de Celano nos guía a la evolución definitiva del belén de Francisco hacia la estabilidad de la vida cristiana:
 
"Hoy (1228), ese lugar ha sido consagrado al Señor y encima del pesebre se ha construido un altar y se ha dedicado una iglesia en honor de San Francisco, para que en el lugar donde un tiempo los animales comían el heno, ahora los hombres puedan comer, como alimento del alma y santificación del cuerpo, la carne del Cordero inmaculado e incontaminado, Jesucristo Nuestro Señor, que con amor infinito se ha entregado a sí mismo por nosotros" 

Que San Francisco vele sobre nuestros belenes, para que se cumplan las tres fases diseñadas por San Francisco: que miremos con detalle y con fe y humildad, para que nos impregnemos del misterio y ello produzca una conversión en nuestra vida, de manera que busquemos siempre a Jesús en la manera como se representa en el portal y así todos los días de nuestra vida.
Y muchos de los presentes llegaron a convertirse. El niño Jesús resucitaba en el corazón de muchos que lo habían olvidado, y el recuerdo de él permanecía grabado profundamente en su memoria. Cuando terminó esa vigilia solemne, cada uno volvió a su casa lleno de una alegría 
inefable"

jueves, 21 de diciembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE DICIEMBRE DE 2023

 Lc 1,46-56: El Poderoso ha hecho obras grandes en mí.

En aquel tiempo, María dijo:

«Proclama mi alma la grandeza del Señor,

“se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humildad de su esclava”.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:

“su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.

Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

“derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia”

—como lo había prometido a “nuestros padres”—

en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.


Reflexión


El evangelio de hoy continúa con el relato de la visita de María a su prima Isabel. En este caso, contemplamos hoy el himno que María proclama. Es importante, lo rezamos todas las tardes en las Vísperas. 


Es el cántico de María. Es la historia de María, pero también la historia de la misericordia de Dios con la humanidad. Es el Dios que cumple siempre sus promesas. 


La liturgia quiere que nos fijemos en una de las primeras afirmaciones: El Poderoso ha hecho obras grandes en mí. A estas ideas, podemos añadir la exclamación que la liturgia nos presenta en las vísperas de hoy: ¡Oh rey!


Pues si, es un rey poderoso, un rey del universo que hace obras grandes en la pequeñez de su sierva. Así es Dios, engrandeciendo a los humildes y empequeñeciendo a los que están ensalzados. Así nivela todo, como decía la profecía de Isaías. 


María es la persona que, siendo humilde, dejó al Señor reinar en ella con todo su poder y gloria, por eso puede hacer obras grandes. 


También Dios quiere hacer obras grandes. Las quiere hacer “a su manera”, para ello tenemos que empequeñecernos para que Él nos encumbre.


En las vísperas de hoy


Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.