miércoles, 20 de diciembre de 2023

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO IV DE ADVIENTO. CICLO B

           

   


















HOJA PARROQUIAL

23 y 24 (por la mañana) de Diciembre de 2023

Domingo IV de Adviento. Ciclo B


Parroquias de Ntra. Sra. de la Concepción,
de Ntra. Sra. del Carmen
y de San Joaquín y Santa Ana





“Darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús


En la puerta misma de la Navidad, se nos ofrece un domingo para, personal y como comunidad cristiana, no nos dejemos robar la navidad. Si nos roban el motivo de la Navidad que es Jesús mismo y su protagonismo en nuestra vida, nos dejamos despojar de un tesoro fecundo que ninguna campaña comercial, ni ninguna costumbre social podrá sustituir. Las fiestas navideñas tienen múltiples y valiosos valores: la familia, los niños, la alegría, el desearnos la paz y un buen año nuevo. Pero sin el valor central: Cristo con nosotros, todo puede quedarse en meros deseos que no alimentan ni esperanza, ni cambios a mejor.




LECTURAS



Primera lectura del segundo libro de Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16


Cuando el rey David se asentó en su casa y el Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán:
«Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda».
Natán dijo al rey:
«Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo».
Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán:
«Ve y habla a mi siervo David: “Así dice el Señor: ¿Tú me vas a construir una casa para morada mía?
Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. He estado a tu lado por donde quiera que has ido, he suprimido a todos tus enemigos ante ti y te he hecho tan famoso como los grandes de la tierra. Dispondré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que resida en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los malvados, como antaño, cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te he dado reposo de todos tus enemigos. Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa.
En efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.
Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí, tu trono durará para siempre”».


Salmo 88, 2-3. 4-5. 27 y 29 R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.


Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: «Tu misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R/.

«Sellé una alianza con mí elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades». R/.

«Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”.
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R/.


Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 16, 25-27


Hermanos:
Al que puede consolidaros según mi Evangelio y el mensaje de Jesucristo que proclamo, conforme a la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora mediante las Escrituras proféticas, dado a conocer según disposición del Dios eterno para que todas las gentes llegaran a la obediencia de la fe; a Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Evangelio según san Lucas 1, 26-38


En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.






3. Hacia una Iglesia sinodal misionera

 

44. Las heridas de la Iglesia están íntimamente relacionadas a las del mundo. Las síntesis hablan de los desafíos del tribalismo, el sectarismo, el racismo, la pobreza y la desigualdad de género en la vida de la Iglesia y del mundo. Uganda se hace eco de muchos otros países, señalando que «se escucha más a los ricos e instruidos». La síntesis de Filipinas señala que «muchos de los que pertenecen a las clases bajas de la sociedad y los marginados también se sienten excluidos de la Iglesia». Otras síntesis señalan la influencia, en la vida de las comunidades eclesiales, de la discriminación étnica y de una cultura basada en el tribalismo. Estas realidades no sólo constituyen el trasfondo de nuestra misión, sino que también definen su objetivo y su finalidad: el mensaje evangélico que la Iglesia tiene la tarea de proclamar debe convertir también las estructuras de pecado que mantienen cautivas a la humanidad y a la creación. 


45. El Pueblo de Dios expresa un profundo deseo de escuchar el grito de los pobres y el clamor de la tierra. En particular, las síntesis nos invitan a reconocer la interconexión de los retos sociales y medioambientales y a responder a ellos colaborando y formando alianzas con otras confesiones cristianas, creyentes de otras religiones y personas de buena voluntad. Este llamamiento a un ecumenismo renovado y a un compromiso interreligioso es particularmente fuerte en regiones marcadas por una mayor vulnerabilidad a los daños socioambientales y por desigualdades más pronunciadas. Por ejemplo, muchas síntesis africanas y de la cuenca del Pacífico invitan a las Iglesias de todo el mundo a reconocer que abordar los desafíos socioambientales ya no es opcional: «es nuestro deseo proteger esta parte de la creación de Dios, ya que de muchas maneras el bienestar de nuestros pueblos depende del océano. En algunos de nuestros países, el océano representa la amenaza principal, ya que el cambio climático tiene consecuencias drásticas para la propia supervivencia de estos países» (CE del Pacífico). 


46. Algunas síntesis destacan la importancia del papel de la Iglesia en el espacio público, particularmente en relación a los procesos de construcción de la paz y la reconciliación. En sociedades muy polarizadas, esto se considera parte integrante de la misión de la Iglesia. Otras síntesis piden que la Iglesia contribuya de forma más decidida al debate público y al compromiso con la justicia. Surge el deseo de una mayor formación en la doctrina social de la Iglesia. «Nuestra Iglesia no está llamada a la confrontación, sino al diálogo y la cooperación a todos los niveles. [...] Nuestro diálogo no puede ser un diálogo apologético con discusiones inútiles, sino un diálogo de vida y solidaridad» (Iglesia católica armenia). 


47. Otro tema común en muchas síntesis es la debilidad del compromiso ecuménico profundo y el deseo de aprender cómo podemos reforzar el camino ecuménico, a partir de la colaboración concreta y cotidiana en torno a las preocupaciones comunes por la justicia social y medioambiental. Un testimonio más unido entre las confesiones y comunidades cristianas se expresa como un vivo deseo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario