HOJA PARROQUIAL
23 y 24 (por la mañana) de Diciembre de 2023
Domingo IV de Adviento. Ciclo B
“Darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús”
En la puerta misma de la Navidad, se nos ofrece un domingo para, personal y como comunidad cristiana, no nos dejemos robar la navidad. Si nos roban el motivo de la Navidad que es Jesús mismo y su protagonismo en nuestra vida, nos dejamos despojar de un tesoro fecundo que ninguna campaña comercial, ni ninguna costumbre social podrá sustituir. Las fiestas navideñas tienen múltiples y valiosos valores: la familia, los niños, la alegría, el desearnos la paz y un buen año nuevo. Pero sin el valor central: Cristo con nosotros, todo puede quedarse en meros deseos que no alimentan ni esperanza, ni cambios a mejor.
LECTURAS
Primera lectura del segundo libro de Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16
Salmo 88, 2-3. 4-5. 27 y 29 R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 16, 25-27
Evangelio según san Lucas 1, 26-38
3. Hacia una Iglesia sinodal misionera
44. Las heridas de la Iglesia están íntimamente relacionadas a las del mundo. Las síntesis hablan de los desafíos del tribalismo, el sectarismo, el racismo, la pobreza y la desigualdad de género en la vida de la Iglesia y del mundo. Uganda se hace eco de muchos otros países, señalando que «se escucha más a los ricos e instruidos». La síntesis de Filipinas señala que «muchos de los que pertenecen a las clases bajas de la sociedad y los marginados también se sienten excluidos de la Iglesia». Otras síntesis señalan la influencia, en la vida de las comunidades eclesiales, de la discriminación étnica y de una cultura basada en el tribalismo. Estas realidades no sólo constituyen el trasfondo de nuestra misión, sino que también definen su objetivo y su finalidad: el mensaje evangélico que la Iglesia tiene la tarea de proclamar debe convertir también las estructuras de pecado que mantienen cautivas a la humanidad y a la creación.
45. El Pueblo de Dios expresa un profundo deseo de escuchar el grito de los pobres y el clamor de la tierra. En particular, las síntesis nos invitan a reconocer la interconexión de los retos sociales y medioambientales y a responder a ellos colaborando y formando alianzas con otras confesiones cristianas, creyentes de otras religiones y personas de buena voluntad. Este llamamiento a un ecumenismo renovado y a un compromiso interreligioso es particularmente fuerte en regiones marcadas por una mayor vulnerabilidad a los daños socioambientales y por desigualdades más pronunciadas. Por ejemplo, muchas síntesis africanas y de la cuenca del Pacífico invitan a las Iglesias de todo el mundo a reconocer que abordar los desafíos socioambientales ya no es opcional: «es nuestro deseo proteger esta parte de la creación de Dios, ya que de muchas maneras el bienestar de nuestros pueblos depende del océano. En algunos de nuestros países, el océano representa la amenaza principal, ya que el cambio climático tiene consecuencias drásticas para la propia supervivencia de estos países» (CE del Pacífico).
46. Algunas síntesis destacan la importancia del papel de la Iglesia en el espacio público, particularmente en relación a los procesos de construcción de la paz y la reconciliación. En sociedades muy polarizadas, esto se considera parte integrante de la misión de la Iglesia. Otras síntesis piden que la Iglesia contribuya de forma más decidida al debate público y al compromiso con la justicia. Surge el deseo de una mayor formación en la doctrina social de la Iglesia. «Nuestra Iglesia no está llamada a la confrontación, sino al diálogo y la cooperación a todos los niveles. [...] Nuestro diálogo no puede ser un diálogo apologético con discusiones inútiles, sino un diálogo de vida y solidaridad» (Iglesia católica armenia).
47. Otro tema común en muchas síntesis es la debilidad del compromiso ecuménico profundo y el deseo de aprender cómo podemos reforzar el camino ecuménico, a partir de la colaboración concreta y cotidiana en torno a las preocupaciones comunes por la justicia social y medioambiental. Un testimonio más unido entre las confesiones y comunidades cristianas se expresa como un vivo deseo.
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