martes, 27 de febrero de 2024

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO III DE CUARESMA. CICLO B

                   



HOJA PARROQUIAL

2 y 3 de Marzo de 2024

Domingo III de Cuaresma. Ciclo B


Parroquias de Ntra. Sra. de la Concepción,
de Ntra. Sra. del Carmen
y de San Joaquín y Santa Ana






















“No conviertan en un mercado la casa de mi Padre



    

    El Templo de Jerusalén era el lugar sagrado más significativo de la tradición religiosa y espiritual de Israel. Era el lugar donde se hacía memoria de la Ley que Dios había otorgado a su Pueblo por medio de Moisés como camino de santidad personal y comunitaria (Ex 20,1-17).

    

    En la época de Jesús, el Templo se había convertido en un lugar comercial, y su “celo” por el Padre lo movió a realizar un gesto significativo, al estilo profético; un gesto que quedó grabado en el corazón de las primeras comunidades donde se predicaba a “un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados”. (1Cor 1,22-25).

    



LECTURAS



Primera lectura del libro del Éxodo 20, 1-17


En aquellos días, el Señor pronunció estas palabras:

«Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.

No tendrás otros dioses frente a mí.

No te fabricarás ídolos, ni figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra, o en el agua debajo de la tierra.

No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo el pecado de los padres en los hijos, hasta la tercera y la cuarta generación de los que me odian.

Pero tengo misericordia por mil generaciones de los que me aman y guardan mis preceptos.

No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.

Recuerda el día del sábado para santificarlo.

Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas, pero el día séptimo es día de descanso, consagrado al Señor, tu Dios. No harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el emigrante que reside en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y lo que hay en ellos; y el séptimo día descansó. Por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.

Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar.

No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo».


Salmo 18, 8. 9. 10. 11 R. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.


La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.


Segunda lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 22-25


Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.

Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.


Evangelio según san Juan 2, 13-25


Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:

«Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora».

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
«Qué signos nos muestras para obrar así?».

Jesús contestó:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».

Los judíos replicaron:
«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».

Pero él hablaba del templo de su cuerpo.

Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.







3. Hacia una Iglesia sinodal misionera

 

75. Asimismo las Conferencias Episcopales se preguntan qué significa para ellas la sinodalidad: «también los obispos han rezado y conversado sobre la pregunta: ¿Cómo hacer y vivir una Conferencia Episcopal más sinodal? » (CE Paraguay). Por ejemplo, «las Conferencias Episcopales, incluso en su colegialidad y libertad de decisión, libre de cualquier tipo de presión, deberían incluir en sus debates y reuniones, en nombre de la sinodalidad, a representantes del clero y del laicado de las distintas diócesis» (Secretaría de Estado – Sección para el personal diplomático de la Santa Sede). 


76. Dentro de una dinámica continental, las Conferencias Episcopales podrán experimentar un nuevo papel, vinculado no sólo a la promoción de la comunión en su interior, sino también al diálogo entre Iglesias geográfica y culturalmente próximas. Además, la Etapa Continental, a través de la propuesta de celebrar asambleas eclesiales y episcopales, ofrecerá la oportunidad de experimentar concretamente cómo articular la sinodalidad eclesial y la colegialidad episcopal, así como de reflexionar sobre cómo mejorar la sintonía entre los modos ordinarios de ejercer el ministerio episcopal y la asunción de un estilo plenamente sinodal, punto sobre el que algunas síntesis expresan cierta dificultad. La relectura de la experiencia adquirida durante la Etapa Continental ayudará a discernir cómo proceder con mayor fluidez. 


77. Mucho más que las Iglesias latinas, las orientales ofrecen una gran riqueza de estructuras sinodales, que hoy están llamadas a renovarse: «las antiguas estructuras sinodales y los procesos eclesiales existentes en la Iglesia siro- malabar (Prathinidhiyogam, Palliyogam y Desayogam) expresan la naturaleza sinodal de la Iglesia a nivel local, regional y universal, y son útiles para formarnos en la sinodalidad. Están al servicio de las parroquias y comunidades que descubren el ejercicio colaborativo de los ministerios pastorales para proceder a la escucha del Espíritu Santo. Aún más, hay nuevas iniciativas e intentos que buscan fortalecer las estructuras sinodales de la Iglesia» (Iglesia católica siro- malabar). 


78. La dinámica de la corresponsabilidad, una vez más orientada a la misión común y al servicio de la misma, y no como una forma organizativa para repartir funciones y poderes, atraviesa todos los niveles de la vida eclesial. En el ámbito local, esta dinámica implica a los organismos de participación ya previstos en los distintos niveles, con las especificidades propias de los diferentes ritos, y aquellos que probablemente convenga instituir al servicio de una dinámica sinodal reforzada: «se ha hablado de la necesidad de contar con estructuras y organismos que reflejen auténticamente un espíritu de sinodalidad» (CE Corea). Se trata, en primer lugar, de los consejos pastorales, llamados a ser, cada vez más, lugares institucionales de inclusión, diálogo, transparencia, discernimiento, evaluación y responsabilidad de todos. En nuestra época son indispensables. Luego están los consejos económicos, diocesanos y parroquiales, sin olvidar los consejos episcopales y presbiterales en torno al obispo. No son pocas las síntesis que muestran la necesidad de que estos organismos no sean meramente consultivos, sino lugares donde las decisiones se tomen en base a procesos de discernimiento comunitario y no según el principio de las mayorías, como viene siendo el uso en los regímenes democráticos. 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario