miércoles, 6 de marzo de 2024

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO IV DE CUARESMA. CICLO B

                    



HOJA PARROQUIAL

9 y 10 de Marzo de 2024

Domingo IV de Cuaresma. Ciclo B


Parroquias de Ntra. Sra. de la Concepción,
de Ntra. Sra. del Carmen
y de San Joaquín y Santa Ana

















“El que obra la verdad se acerca a la luz



    

  

Misericordia, amor y salvación son las palabras claves de este IV domingo de Cuaresma. El Dios en el que creemos es un Dios rico en misericordia porque lo propio de Dios es amar a sus creaturas. El juicio de Dios es un juicio cimentado en el amor porque solo el amor nos salva. Dios nos ha amado en su hijo Jesucristo hasta el extremo. Nuestra experiencia de fe no debería ir separada de la verdad del amor de Dios, ni del compromiso que conlleva creer en un Dios que es amor.

    



LECTURAS



Primera lectura del segundo libro de las Crónicas 36, 14-16. 19-23


En aquellos días, todos los jefes, los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, imitando las aberraciones de los pueblos y profanando el templo del Señor, que él había consagrado en Jerusalén.

El Señor, Dios de sus padres, les enviaba mensajeros a diario porque sentía lástima de su pueblo y de su morada; pero ellos escarnecían a los mensajeros de Dios, se reían de sus palabras y se burlaban de sus profetas, hasta que la ira del Señor se encendió irremediablemente contra su pueblo.

Incendiaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, incendiaron todos sus palacios y destrozaron todos los objetos valiosos. Deportó a Babilonia a todos los que habían escapado de la espada. Fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta el advenimiento del reino persa. Así se cumplió lo que había dicho Dios por medio de Jeremías:

«Hasta que la tierra pague los sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta cumplirse setenta años».

En el año primero de Ciro, rey de Persia, para cumplir lo que había dicho Dios por medio de Jeremías, el Señor movió a Ciro, rey de Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino:

«Así dice Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a ese pueblo, puede volver. ¡Que el Señor, su Dios, esté con él!».


Salmo 136, 1-2. 3. 4. 5. 6 R. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.


Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar
con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras. R/.

Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión». R/.

¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha. R/.

Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías. R/.


Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 4-10


Hermanos:

Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo —estáis salvados por pura gracia—; nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha sentado en el cielo con él, para revelar en los tiempos venideros la inmensa riqueza de su gracia, mediante su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. En efecto, por gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros: es don de Dios. Tampoco viene de las obras, para que nadie pueda presumir.

Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que de antemano dispuso él que practicásemos.


Evangelio según san Juan 3, 14-21


En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

«Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.

En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».







3. Hacia una Iglesia sinodal misionera

 

79. En diferentes partes del mundo, la transparencia se considera un factor esencial para una Iglesia auténticamente sinodal, en la que estamos llamados a crecer en el camino que estamos recorriendo: «La Iglesia católica debe ser más abierta y transparente: todo se hace en secreto. Los órdenes del día y las actas del consejo parroquial nunca se hacen públicos, ni se discuten las decisiones del consejo de asuntos económicos, y los presupuestos no son públicos» (comentario individual del Reino Unido). La transparencia impulsará la verdadera responsabilidad de todos los procesos de toma de decisiones, incluidos los criterios utilizados para el discernimiento. Un estilo de liderazgo anclado en un modo de proceder sinodal producirá confianza y credibilidad: «en algunas cuestiones, el ejercicio de la autoridad es efectivamente colegiado, a través de la consulta de los organismos integrados en las diversas estructuras de administración, gestión y animación pastoral [...]. Pero a veces es triste constatar que en nuestra Iglesia católica hay obispos, sacerdotes, catequistas, responsables de comunidades..., que son muy autoritarios. [...] En lugar de servir a la comunidad, algunos se sirven a sí mismos con decisiones unilaterales, y esto obstaculiza nuestro camino sinodal» (CE Chad). Además, en muchas síntesis se reclama la participación de personas con competencias profesionales adecuadas en la gestión de los asuntos económicos y de gobernanza. 


80. Al igual que los órganos de participación, todas las instituciones de la Iglesia están llamadas a interrogarse sobre cómo integrar el impulso de la sinodalidad en el modo de ejercer sus funciones y su misión, renovando sus estructuras y procedimientos o introduciendo otros nuevos. Un caso particular lo representan las universidades e instituciones académicas, que podrán dedicar un esfuerzo de investigación a temas relacionados con la sinodalidad, innovando así su propuesta educativa. En especial, las facultades de teología podrán profundizar en los conocimientos eclesiológicos, cristológicos y pneumatológicos inherentes a las experiencias y prácticas sinodales. 


81. La adopción de un estilo auténticamente sinodal interpela también a la vida consagrada, partiendo precisamente de aquellas prácticas que ya subrayan la importancia de la participación de todos los miembros en la vida de la comunidad a la que pertenecen: «en la vida consagrada, la sinodalidad concierne a los procesos de discernimiento y de decisión. Nuestros institutos practican el discernimiento en común, pero hay margen de mejora. Ser miembro de un cuerpo requiere participación. [...] Tanto en la Iglesia como en la vida consagrada existe un deseo generalizado de un estilo de gobierno circular (participativo) y menos jerárquico y piramidal» (USG/UISG). 

 

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