martes, 30 de abril de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 1 DE MAYO DE 2024

 Mt 13,54-58: ¿No es el hijo del carpintero? (evangelio de San José obrero)

En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga. 

La gente decía admirada: 

«¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?». 

Y se escandalizaban a causa de él. 

Jesús les dijo: 

«Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta». 

Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.


Reflexión


La gente decía admirada: ¿No es el hijo del carpintero? ¿de dónde saca todo esto?. Aunque Jesús desprecia luego estas expresiones, sin embargo, me permito el lujo de darle la vuelta y quedarme con la palabra que dice el texto: “admirada”. Normalmente esta palabra hace referencia a un contenido positivo. Y aquí es donde quiero ir. Jesús estuvo 30 años viviendo en la normalidad de la vida, en su cotidianidad y sencillez. Ahora se maravillan porque el compañero de juegos, tertulias, etc es ahora el que opera milagros, y habla palabras que llegan al alma. 


Es momento de profundizar, meditar sobre estos 30 años. A nivel cuantitativo es mucho más largo este periodo que la etapa pública de Jesús. La balanza va en contra de vida pública de Jesús. Por tanto, no es desdeñable ni despreciable esta época. Y esto nos revela algo fundamental de Dios. Nuestro Dios es el de la cotidianeidad, de la sencillez, del trabajo callado, el que nunca descansa: “mi Padre siempre trabaja”. Es el Dios del grano de mostaza, de la levadura en la masa, etc. Hay tanto trabajo que hacemos callado, en la sombra, sin reconocimiento, sin recompensa. Sin embargo, valioso para nosotros mismos, para los demás y también para Dios. Dios es el que sabe recompensar: “que no deja sin recompensa ni un vaso de agua”.


Por otro lado, todo lo que Jesús manifiesta en la etapa pública lo aprendió en esos 30 años a la sombra. El texto dice que crecía en sabiduría, estatura y gracia. Crecía en sabiduría, la sabiduría del pueblo, de las personas sencillas, de su madre y padre. Y también crecía en la gracia, en la relación personal con su Padre, también enseñada por sus padres. Aprender de la sabiduría de los pueblos, que está más allá de los comentarios fáciles que se transmiten en las conversaciones. Es la sabiduría que sabe penetrar las situaciones y quedarse con lo esencial. En todos los pueblos, épocas, tiene esta sabiduría. Hay que saber buscarla, acogerla, seguir transmitiéndola. 



Hoy, como día del trabajador y del trabajo, permítanme compartir este texto que lo propone la Liturgia en el Oficio de lecturas 


Sobre la actividad humana en todo el mundo

Concilio Vaticano II


Gaudium et spes 33-34


Con su trabajo y su ingenio el hombre se ha esforzado siempre por mejorar su vida; pero hoy, gracias a la ayuda de la ciencia y de la técnica, ha desarrollado y sigue desarrollando su dominio sobre casi toda la naturaleza y, gracias sobre todo a las múltiples relaciones de todo tipo establecidas entre las naciones, la familia humana se va reconociendo y constituyendo progresivamente como una única comunidad en todo el mundo. De donde resulta que muchos bienes que el hombre esperaba alcanzar de las fuerzas superiores, hoy se los procura con su propio trabajo.

Ante este inmenso esfuerzo, que abarca ya a todo el género humano, el hombre no deja de plantearse numerosas preguntas: ¿Cuál es el sentido y el valor de esa actividad? ¿Cómo deben ser utilizados todos estos bienes? Los esfuerzos individuales y colectivos ¿qué fin intentan conseguir?

La Iglesia, que guarda el depósito de la palabra de Dios, de la que se deducen los principios en el orden moral y religioso, aunque no tenga una respuesta preparada para cada pregunta, intenta unir la luz de la revelación con el saber humano para iluminar el nuevo camino emprendido por la humanidad.

Para los creyentes es cierto que la actividad humana individual o colectiva o el ingente esfuerzo realizado por el hombre a lo largo de los siglos para lograr mejores condiciones de vida, considerado en sí mismo, responde a la voluntad de Dios.

Pues el hombre, creado a imagen de Dios, recibió el mandato de que, sometiendo a su dominio la tierra y todo cuanto ella contiene, gobernase el mundo con justicia y santidad, y de que, reconociendo a Dios como creador de todas las cosas, dirija su persona y todas las cosas a Dios, para que, sometidas todas las cosas al hombre, el nombre de Dios sea admirable en todo el mundo.

Esta verdad tiene su vigencia también en los trabajos más ordinarios. Porque los hombres y mujeres que, mientras procuran el sustento para sí y sus familias, disponen su trabajo de tal forma que resulte beneficioso para la sociedad, con toda razón pueden pensar que con su trabajo desarrollan la obra del Creador, sirven al bien de sus hermanos y contribuyen con su trabajo personal a que se cumplan los designios de Dios en la historia.

Los cristianos, lejos de pensar que las conquistas logradas por el hombre se oponen al poder de Dios y que la criatura racional pretende rivalizar con el Creador, están por el contrario convencidos de que las victorias del hombre son signo de la grandeza de Dios y consecuencia de su inefable designio.

Cuanto más aumenta el poder del hombre, tanto más grande es su responsabilidad, tanto individual como colectiva.

De donde se sigue que el mensaje cristiano no aparta a los hombres de la edificación del mundo, ni los lleva a despreocuparse del bien de sus semejantes, sino que más bien les impone esta colaboración como un deber.


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA 

lunes, 29 de abril de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE ABRIL DE 2024

  Jn 14,27-31a: Mi paz os doy.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. 

Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo».


Reflexión


Seguimos con el discurso de despedida de Jesús. Jesús se va y nos da la paz. Mientras estuvo, esa paz era su presencia. A los discípulos les daba seguridad, tranquilidad y sobre todo esperanza. Sin embargo, al irse, ya no está asegurada, salvo que Él la envíe.


Es tan necesaria hoy como antes, yo diría, hoy más. Y si añadimos la situación que estamos viviendo, vemos que es muy necesaria

Necesitamos la paz de Jesús para seguir trabajando.

Necesitamos la paz de Jesús para seguir esperando.

Necesitamos la paz de Jesús para seguir amando.

Necesitamos la paz de Jesús para seguir perdonando.

Necesitamos la paz de Jesús para seguir sirviendo.

Necesitamos la paz de Jesús para seguir alentando a otras personas.

Necesitamos la paz de Jesús para seguir testimoniando.

Necesitamos la paz de Jesús para seguir entregándonos.

Necesitamos la paz de Jesús para seguir solidarizándonos con nuestros hermanos los hombres.

Necesitamos la paz de Jesús para seguir mirando al cielo.

Necesitamos la paz de Jesús. Pidámosle este don.


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA

domingo, 28 de abril de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE ABRIL DE 2024. FIESTA DE SANTA CATALINA DE SIENA. PATRONA DE EUROPA

  COMENTARIO AL EVANGELIO


Mt 11,25-30: Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla.

En aquel tiempo, exclamó Jesús:


-«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»


Reflexión


En este día de Santa Catalina de Siena, doctora de la Iglesia y patrona de Europa, la Iglesia nos propone esta lectura del Evangelio.

De las páginas más reconfortantes de la Biblia, junto con algunos textos, sobretodo de Isaías (cabecera de este blog).

Jesús da gracias por la forma de actuar del Padre, revelarse a los sencillos y humildes, los que ponen toda su confianza en Él. Incluso nos anima a hacerlo, a descargar en Él, todos nuestros agobios, incomprensiones, soledades...

Son los dichosos de la bienaventuranza (pobres de espíritu). Como conclusión podemos decir, que los sencillos y humildes, los que ponen su confianza en Él, son los que están llamados a vivir una vida más auténtica, más plena y más feliz: a ellos y sólo ellos, el Padre le revela los secretos y ellos, pueden vivir una vida "en paz", no como la da el mundo, porque Él les alivia. Ellos y sólo ellos pueden experimentar que la fuerza se realiza en la debilidad, porque su fortaleza está en Él. Ellos y sólo ellos experimentan también la dulzura de su amor, porque es Manso y Humilde.

¿Por qué no somos sencillos y humildes?



Permíteme hoy, día de Sta Catalina de Siena, una gran mujer y una gran santa, doctora de la Iglesia y patrona de Europa, que te ponga la lectura del oficio. No tiene desperdicio


Gusté y vi



Santa Catalina de Siena, virgen


Diálogo sobre la divina Providencia (Cap. 167, Acción de gracias a la Ssma Trinidad: edición latina, Ingoldstadt 1583, ff 290v-291)


¡Oh Deidad eterna, oh eterna Trinidad, que por la unión de la naturaleza divina diste tanto valor a la sangre de tu Hijo unigénito! Tú, Trinidad eterna, eres como un mar profundo en el que cuanto más busco, más encuentro, y cuanto más encuentro, más te busco. Tú sacias al alma de una manera en cierto modo insaciable, pues en tu insondable profundidad sacias al alma de tal forma que siempre queda hambrienta y sedienta de ti, Trinidad eterna, con el deseo ansioso de verte a ti, la luz, en tu misma luz. 

Con la luz de la inteligencia gusté y vi en tu luz tu abismo, eterna Trinidad, y la hermosura de tu criatura, pues, revistiéndome yo misma de ti, vi que sería imagen tuya, ya que tú, Padre eterno, me haces partícipe de tu poder y de tu sabiduría, sabiduría que es propia de tu Hijo unigénito. Y el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, me ha dado la voluntad que me hace capaz para el amor. 

Tú, Trinidad eterna, eres el Hacedor y yo la hechura, por lo que, iluminada por ti, conocí, en la recreación que de mí hiciste por medio de la sangre de tu Hijo unigénito, que estás amoroso de la belleza de tu hechura. 

¡Oh abismo, oh Trinidad eterna, oh Deidad, oh mar profundo!: ¿podías darme algo más preciado que tú mismo? Tú eres el fuego que siempre arde sin consumir; tú eres el que consumes con tu calor los amores egoístas del alma. Tú eres también el fuego que disipa toda frialdad; tú iluminas las mentes con tu luz, en la que me has hecho conocer tu verdad. 

En el espejo de esta luz te conozco a ti, bien sumo, bien sobre todo bien, bien dichoso, bien incomprensible, bien inestimable, belleza sobre toda belleza, sabiduría sobre toda sabiduría; pues tú mismo eres la sabiduría, tú, el pan de los ángeles, que por ardiente amor te has entregado a los hombres. 

Tú, el vestido que cubre mi desnudez; tú nos alimentas a nosotros, que estábamos hambrientos, con tu dulzura, tú que eres la dulzura sin amargor, ¡oh Trinidad eterna!



REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA

jueves, 25 de abril de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE ABRIL DE 2024. FIESTA DE SAN ISIDORO DE SEVILLA

   Mt 5,13-16: Vosotros sois la luz del mundo.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? 

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. 

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. 

Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. 

Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».


Reflexión


Hoy celebramos a San Isidoro de Sevilla, un santo que influyó mucho en la sociedad de su época, siendo un sabio en sabiduría humana, pero sobretodo en la sobrenatural.


En él se aplica lo que dice la lectura del evangelio que la Iglesia ha elegido para su fiesta: luz del mundo.


Contemplando la vida de San Isidoro, esta afirmación de Jesús representa una gran exigencia para nosotros, para que se pueda dar de verdad nuestra misión. 


Una misión: ser luz, que requiere tener una gran intimidad con el Señor. 

Una misión: ser luz, que requiere tener una gran confianza en el Señor. 

Una misión: ser luz, que requiere un descentramiento de mi persona. 

Una misión: ser luz, que requiere un salir de zona de confort.

Una misión: ser luz, que requiere mi entrega total a la misión.

Una misión: ser luz, que requiere afianzar mi actitud sinodal.


San Isidoro vaya que si lo logró con la ayuda del Señor. Pidámosle a él que nos bendiga y nos alcance la gracia de ser sus testigos en estos tiempos recios.


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA

miércoles, 24 de abril de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE ABRIL DE 2024. FIESTA DE SAN MARCOS EVANGELISTA

  Mc 16,15-20: Proclamad el Evangelio a toda la creación.


En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.

El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.

A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos». Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.

Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.



Reflexión


Hoy celebramos la fiesta de San Marcos evangelista. La Iglesia nos presenta este evangelio: proclamad el evangelio a toda la creación.


Y se realiza en San Marcos, gracias a su testimonio escrito que es el evangelio, éste ha sido proclamado de generación en generación.


San Marcos nos recuerda que lo fundamental es Jesucristo, su vida, sus palabras, sus actitudes, que ya ellas son buena noticia. 


San Marcos nos recuerda que Jesús es buena noticia para toda la humanidad. La del primer siglo, y la de ahora, porque no hay otro salvador que Jesús.


San Marcos nos recuerda que el anuncio de Jesús tiene que estar fundamentado en una vida de intimidad con Él, para comunicarlo a Él y no unas ideas muy bonitas.


San Marcos nos recuerda que somos un eslabón en esa correa de transmisión, y siendo pobres, nuestro testimonio con la gracia de Dios, puede llegar a todas partes, y más hoy, con las posibilidades de internet.


San Marcos nos alienta a no dejar de dar testimonio, que nuestra vida se fundamenta en Él, porque es imposible conocerlo y no comunicarlo. Es más, en la medida que lo comunicamos, guarda una relación directa con el conocimiento que tenemos de Él, porque si lo conocemos y experimentamos su liberación, ésto lo querremos para todas las personas.



REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO V DE PASCUA. CICLO B

                           



HOJA PARROQUIAL

27 y 28 de Abril de 2024

Domingo V de Pascua. Ciclo B


Parroquias de Ntra. Sra. de la Concepción,
de Ntra. Sra. del Carmen
y de San Joaquín y Santa Ana



Los textos son cogidos de la página de 








“El que permanece en Mí y Yo en él, ése da fruto abundante



LECTURAS



Primera lectura de los Hechos de los Apóstoles 9, 26-31


En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles.

Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús.

Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.

La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.


Salmo 21, 26b-27. 28 y 30. 31-32 R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.


Cumpliré mis votos delante de sus fieles.
Los desvalidos comerán hasta saciarse,
alabarán al Señor los que lo buscan:
viva su corazón por siempre. R.

Lo recordarán y volverán al Señor
hasta de los confines del orbe;
en su presencia se postrarán
las familias de los pueblos.
Ante él se postrarán las cenizas de la tumba,
ante él se inclinarán los que bajan al polvo. R.

Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá,
hablarán del Señor a la generación futura,
contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:
todo lo que hizo el Señor. R.


Segunda lectura de la primera carta del Apóstol San Juan 3, 18-24


Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.

En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.

Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó.

Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.


Evangelio según San Juan 15, 1-8


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».


Los textos son cogidos de la página de 






ver


Hoy casi todos estamos conectados mediante telefonía móvil, internet… Según algunas encuestas, más del 90% de la población

tiene un teléfono inteligente. Estar conectados nos permite realizar muchas acciones cotidianas: mantener el contacto con

familiares y amigos, realizar operaciones bancarias, pagar en comercios, teletrabajar, acceder a la información, realizar

gestiones en entidades públicas… Ya no nos podemos imaginar la vida sin estar conectados. Pero esa conexión continua

también tiene desventajas: genera dependencia; se debilitan las relaciones sociales, que quedan reducidas a mensajes; cuando

falta o falla esa conexión, dejamos de poder hacer muchas de esas gestiones; aumenta nuestra vulnerabilidad ante

ciberdelincuentes; las personas que, por algún motivo, no tienen acceso a la tecnología quedan excluidas de la vida económica

y social…


juzgar




Jesús, en el Evangelio de este quinto domingo de Pascua, nos llama a descubrir la necesidad de estar conectados a Él, y lo hace con el ejemplo de la vid y los sarmientos: la vid es la planta cuyo fruto es la uva, y consta de una cepa o tronco de donde salen los sarmientos, unas ramas largas donde brotan las hojas y los racimos.


Y, desde esta imagen, Jesús dice: “Yo soy la verdadera vid, vosotros los sarmientos”. Jesús es la verdadera Vid, de quien brota la verdadera ‘Vid-a’; para poder recibir esa Vida, necesitamos estar conectados a Él: “el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante”.


Y nuestra conexión con Él no debe ser ocasional, sino continua, porque igual que el sarmiento necesita ‘estar conectado’ a la vid o, de lo contrario, se seca, también a nosotros nos ocurre lo mismo cuando nos falta la conexión con Jesús o esta conexión es esporádica: “Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí; porque sin mí no podéis hacer nada”. Por eso, del mismo modo que sin estar conectados a internet apenas podemos llevar adelante nuestra vida diaria, sin estar conectados a Jesús nuestra vida cotidiana queda limitada a un ‘pasar los días’, sin una verdadera meta y esperanza, sólo esperando el final. En cambio, si estamos conectados a Jesús de forma continua daremos “fruto abundante”, porque estamos conectados a Quien es la ‘Vid-a’ y nuestra fe y nuestra vida van unidas, aunque a veces se nos olvide.


Al contrario que nos ocurre con estar conectados a internet, estar conectados continuamente a Jesús sólo nos aporta ventajas: no genera dependencia sino verdadera libertad para discernir y actuar; también fortalece nuestras relaciones sociales, porque están basadas en el mandamiento del amor, ‘como Él nos ha amado’; y nos hace fuertes para resistir a las tentaciones y amenazas que nos rodean; y, sobre todo, la conexión a Jesús está al alcance de todos, nadie queda excluido de ella, aunque a veces haya que ‘podar’, cortar con algo, para poder dar más fruto.


Tenemos el ejemplo de san Pablo, que hemos escuchado en la 1ª lectura: él había perseguido a la Iglesia, de hecho, “todos le

tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera discípulo”. Pero “él les contó cómo había visto al Señor en el camino y lo que le había dicho”. San Pablo se conectó a Jesús, se dejó podar sus prejuicios e ideas preconcebidas y, a partir de ese momento, “estuvo actuando valientemente en el nombre del Señor”, dando fruto abundante no sólo en su tiempo, sino también ahora..


actuar





¿En qué grado estoy conectado a internet en mi vida cotidiana? ¿Qué ventajas me aporta y qué desventajas? ¿Estoy conectado a Jesús de forma continua o esporádica? ¿Siento que Él es mi ‘Vid-a’? ¿Cómo puedo mejorar mi conexión con Él? ¿Qué fruto doy? ¿Me dejo ‘podar’ si es necesario?


En la 2ª lectura, san Juan nos ha dicho: “No amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras”. Para amar de ese modo, necesitamos estar conectados a la ‘Vid-a’ que es Jesús. No nos sequemos espiritualmente, permanezcamos en el Señor, estemos conectados a Él continuamente, aprovechando todas las oportunidades en las que podemos sentir su mayor ‘cobertura’: oración, Eucaristía, formación, compromiso evangelizador… y dejándonos ‘podar’ en la Reconciliación, para dar fruto abundante, para ser de verdad discípulos de Quien es la verdadera ‘Vid-a’, de la que nadie queda excluido..






4. Próximos pasos


106. El DEC es, pues, el instrumento privilegiado a través del cual se puede realizar el diálogo de las Iglesias locales entre sí y con la Iglesia universal en la Etapa Continental. Para proseguir este proceso de escucha, diálogo y discernimiento, la reflexión se centrará en tres cuestiones:

  • −  «Después de leer el DEC en un clima de oración, ¿qué intuiciones resuenan más fuertemente con las experiencias y realidades concretas de la Iglesia en el continente? ¿Qué experiencias parecen nuevas o iluminadoras?»
  • −  «Después de leer el DEC y haber estado en oración, ¿qué tensiones o divergencias sustanciales surgen como particularmente importantes desde la perspectiva del continente? En consecuencia, ¿cuáles son las cuestiones e interrogantes que deberían abordarse y considerarse en las próximas fases del proceso?»
  • −  «Mirando lo que surge de las dos preguntas anteriores, ¿cuáles son las prioridades, los temas recurrentes y las llamadas a la acción que pueden ser compartidas con las otras Iglesias locales de todo el mundo y discutidas durante la Primera Sesión de la Asamblea Sinodal en octubre de 2023?»

Etapas clave del proceso


107. Cada Asamblea Continental está llamada a llevar a cabo un proceso de discernimiento sobre el DEC que sea adecuado al propio contexto local y a redactar un Documento Final que dé cuenta del mismo. Los Documentos Finales de las siete Asambleas Continentales servirán de base para la redacción del Instrumentum laboris, en junio de 2023.


108. La gran mayoría de las Conferencias Episcopales, consultadas por la Secretaría General del Sínodo, desea que los representantes de todo el Pueblo de Dios participen en la Etapa Continental. Por eso se pide que todas las Asambleas sean eclesiales y no solo episcopales, asegurando que su composición represente, de manera adecuada, la variedad del Pueblo de Dios: obispos, presbíteros, diáconos, consagradas y consagrados, laicos y laicas. Por lo que se refiere a los participantes en las Asambleas continentales es importante poner una particular atención en la adecuada presencia de las mujeres y los jóvenes (laicos y laicas, consagrados y consagradas en formación, seminaristas); personas que viven en condiciones de pobreza o marginación y quienes están en contacto directo con ellas; delegados fraternos de otras confesiones cristianas; representantes de otras religiones y tradiciones de fe y algunas personas sin afiliación religiosa. Se pide también a los obispos encontrarse entre ellos, al final de las Asambleas continentales, para releer colegialmente la experiencia sinodal vivida a partir de su carisma y responsabilidad específicos. De manera particular, se invita a los obispos a identificar las formas que sean más oportunas para llevar a cabo su propia tarea de validación y aprobación del Documento Final, asegurándose de que sea el fruto de un proceso auténticamente sinodal, respetuoso con el proceso realizado y fiel a las diferentes voces del Pueblo de Dios en cada continente.