HOJA PARROQUIAL
29 y 30 de Noviembre de 2025
Domingo I de Adviento. Ciclo A
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“Estén en vela para estar preparados”
LECTURAS
Primera lectura del libro de Isaías 2, 1-5:
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén.
Salmo 121 R/. Vamos alegres a la casa del Señor
Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 13, 11-14a
Hermanos:
Comportaos reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz.
Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo.
Evangelio según san Mateo 24, 37-44
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Los textos son cogidos de la página de
ver
En nuestro día a día, coloquialmente utilizamos de modo inconsciente los tiempos y modos verbales sin detenernos a analizarlos gramaticalmente, y podemos caer en incorrecciones de expresión. Por eso de vez en cuando conviene repasarlos. Los tiempos verbales (pasado, presente o futuro) señalan cuándo ocurre una acción, y los modos verbales (indicativo para hechos reales, subjuntivo para deseos o hipótesis, imperativo para órdenes) manifiestan la actitud del hablante ante la acción. Su buen uso permite que nos expresemos correctamente y los demás nos entiendan.
juzgar
Y, para ayudarnos en este comienzo, las lecturas que hemos escuchado nos han ofrecido algunos tiempos y modos verbales de Dios, que debemos tener en cuenta:
En la 2ª lectura nos ha hablado del presente, de reconocer “el momento en que vivís, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe”. No debemos comenzar el Adviento, el nuevo año litúrgico, como una mera repetición de lo que hemos hecho y celebrado anteriormente; la fe, la vida cristiana, supone un progreso, un camino hacia la meta de la salvación.
En el Evangelio nos ha hablado de un pasado: “En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban… y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos”. Ese pasado podría ser nuestro pasado y también nuestro presente: unas veces, porque vivimos tan absorbidos por los trabajos y preocupaciones cotidianas que no nos queda tiempo para plantearnos el rumbo de nuestra vida; otras veces, porque vivimos muy despreocupados y sólo nos interesa el futuro más inmediato, hasta que ocurre algo que nos ‘despierta del sueño’, como decía san Pablo en la 2ª lectura.
Pero, sobre todo, este primer Domingo de Adviento nos habla de futuro. En la 1ª lectura la “visión de Isaías” nos decía que “en los días futuros estará firme el monte de la casa del Señor... Hacia él confluirán todas las naciones, caminarán pueblos numerosos… Él nos instruirá en sus caminos… juzgará… será árbitro… De las espadas forjarán arados… no se adiestrarán para la guerra”. No es un simple deseo, una ilusión, un ‘sueño’, sino que es lo que ocurrirá, es el futuro que Dios tiene preparado para todos.
No olvidemos que todavía seguimos celebrando el Jubileo de la Esperanza. Y, como se dice en la Bula de convocación: «Nosotros, en virtud de la esperanza en la que hemos sido salvados, mirando al tiempo que pasa, tenemos la certeza de que la historia de la humanidad y la de cada uno de nosotros no se dirigen hacia un punto ciego o un abismo oscuro, sino que se orientan al encuentro con el Señor de la gloria». (19) Por eso, cuando las circunstancias personales, sociales, económicas, políticas… nos hacen temer un futuro incierto, Dios nos ofrece el Adviento para mirar más allá, hacia el futuro cierto que nos ha revelado en su Hijo hecho hombre, muerto y resucitado, que es la esperanza que no defrauda.
actuar
En la 1ª lectura: “Venid, caminemos a la luz del Señor”. Que toda nuestra vida, iluminada por la fe, no sea estática sino dinámica, que dejemos de una vez la comodidad y el apoltronamiento.
En el Evangelio: “Estad en vela… estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre”. El caminar cristiano no consiste sólo en ‘hacer cosas’, hay que tener el espíritu despierto, atento, porque como decimos en el Prefacio III de Adviento, «El mismo Señor que se nos mostrará entonces lleno de gloria viene ahora a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y por el amor demos testimonio de la esperanza dichosa de su Reino». En cualquier momento, persona o acontecimiento, podemos vivir por la fe el encuentro con el Señor. Por eso, san Pablo nos daba otro imperativo: “Dejemos las obras de las tinieblas… Revestíos más bien del Señor Jesucristo”.
Que este Adviento y nuevo año litúrgico nos ayude a conjugar en nuestra vida los tiempos y modos verbales de Dios y a revestirnos de Cristo en nuestra vida cotidiana, para que su presencia impregne todas las dimensiones de nuestra vida, y así caminemos hacia el futuro de Dios.
DOCUMENTO FINAL
POR UNA IGLESIA SINODAL:
COMUNIÓN, PARTICIPACIÓN Y MISIÓN
133. Para incrementar estas relaciones, la Asamblea sinodal propone instituir un Consejo de Patriarcas, Arzobispos Mayores y Metropolitas de las Iglesias Católicas Orientales, presidido por el Papa, que sea expresión de la sinodalidad e instrumento para promover la comunión y la puesta en común del patrimonio litúrgico, teológico, canónico y espiritual. El éxodo de muchos fieles orientales a regiones de rito latino corre el riesgo de comprometer su identidad. Para hacer frente a esta situación, deben desarrollarse instrumentos y normas que refuercen al máximo la colaboración entre la Iglesia latina y las Iglesias católicas orientales. La Asamblea sinodal recomienda un diálogo sincero y una colaboración fraterna entre los Obispos latinos y orientales, para asegurar una mejor atención pastoral a los fieles orientales que carecen de Presbíteros del propio rito y para garantizar, con la debida autonomía, la participación de los Obispos orientales en las Conferencias Episcopales. Por último, propone al Santo Padre que convoque un Sínodo especial para promover la consolidación y el renacimiento de las Iglesias católicas orientales.
134. La reflexión sobre el ejercicio del ministerio petrino en clave sinodal debe realizarse en la perspectiva de la “saludable ‘descentralización’” (EG 16), pedida con insistencia por el Papa Francisco y solicitada por muchas Conferencias Episcopales. En la formulación dada por la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, esta supone “dejar a la competencia de los Pastores la facultad de resolver en el ejercicio de ‘su propia competencia de maestros’ y Pastores las cuestiones que conocen bien y que no afectan a la unidad de doctrina, disciplina y comunión de la Iglesia, actuando siempre con esa corresponsabilidad que es fruto y expresión de ese mysterium communionis específico que es la Iglesia” (PE II, 2). Para proceder en esta dirección, se podría identificar mediante un estudio teológico y canónico qué materias deben reservarse al Papa (reservatio papalis) y cuáles deben ser restituidas a los Obispos en sus Iglesias o agrupaciones de Iglesias, en línea con el reciente Motu Proprio Competentias quasdam decernere (15 de febrero de 2022). De hecho, “asignar algunas competencias, sobre disposiciones del código destinadas a garantizar la unidad de la disciplina de la Iglesia universal, a la potestad ejecutiva de las Iglesias y de las instituciones eclesiales locales, corresponde a la dinámica eclesial de la comunión algunas competencias, sobre disposiciones del código destinadas a garantizar la unidad de la disciplina de la Iglesia toda, a la potestad ejecutiva de las Iglesias y de las instituciones eclesiales locales, sobre la base de la dinámica eclesial de la comunión” (Proemio). La elaboración de la legislación canónica por parte de quienes tienen la tarea y la autoridad debería tener un estilo sinodal y madurar como fruto de un discernimiento eclesial.










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