domingo, 29 de octubre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE OCTUBRE DE 2023

 Lc 13,10-17: A ésta, que es hija de Abrahán, ¿no había que soltarla en sábado?

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.

Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar.

Al verla, Jesús la llamó y le dijo:

-Mujer, quedas libre de tu enfermedad.

Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha.

Y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente:

-Seis días tenéis para trabajar: venid esos días a que os curen, y no los sábados.

Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo:

-Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo lleva a abrevar, aunque sea sábado?

Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?

A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.


Como en tantas disputas que tiene Jesús con los fariseos, escribas, y jefes de las sinagogas está en juego el cumplimiento de la voluntad De Dios. Todas estas instituciones hacían coincidir la voluntad de Dios con la ley escrita. Y es lo lógico. Pero se olvidaban la orientación de la ley: liberar al hombre y no esclavizarlo más. Por ello, el mejor día para soltar a esa mujer es el sábado. 


Ahí está la paradoja, el sábado que tiene que significar la liberación del trabajo para el culto a Dios, para darle gracias a Dios, sin embargo se prohíbe que pueda ser curada.


Tenemos que recuperar el aspecto sanador y liberador del encuentro con Dios, y dejar a un lado la exigencia del cumplimiento. Dios es el sanador y liberador por excelencia. El encuentro con Dios es liberador.


Que mal lo hacemos cuando el mensaje que dejamos en los otros es un mensaje de exigencia que pueda alienarnos. Es como vestir un santo para desvestir otro. 


Dejémonos soltar por Jesús, liberar por Él, y seamos agentes de liberación en los otros. 

jueves, 26 de octubre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE OCTUBRE DE 2023

    Lc 12,54-59: Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?


En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: –Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: «Chaparrón tenemos», y así sucede. Cuando sopla el sur decís: «Va a hacer bochorno», y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo. 


Saber interpretar los "signos de los tiempos", es una de las razones por las cuales Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II. La expresión "signos de los tiempos", me invita al agradecimiento, a la prudencia, a la contemplación y al discernimiento. Al agradecimiento porque esta expresión denota la actuación permanente de Dios en la historia.


La mano de Dios no deja de guiar los caminos de la historia, de manera que todo quede referido a Cristo. Muchas veces, no conseguimos descubrir esa "mano providente", en nuestras situaciones y en la historia en general. Entonces podríamos pasar de hablar de la historia a la expresión "historia de la salvación".


Darnos cuenta que muchas cosas suceden por y para "algo" A la prudencia y al discernimiento, para no leer los acontecimientos a la ligera, sino intentar desentrañar los hilos con la prudencia como uno de los dones del Espíritu Santo y el discernimiento como camino de escrutar la voluntad de Dios.


A la contemplación para poder disfrutar de lleno de esta vida, estos acontecimientos como un "kairós" (gracia), que el Señor nos ha regalado y así entregarnos de lleno a la transformación de la realidad. Hoy en día hacen falta profetas que sepan guiarnos por los signos de los tiempos. Personas que se sientan enviados de Dios y que nos alienten en la esperanza...

VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EN ORIENTE MEDIO

 



MONICIÓN DE ENTRADA

 Parece que la guerra no termina de separarse de nosotros. Otra vez más, somos convocados para orar por la guerra, en este caso por Tierra Santa. La guerra cuestiona nuestras seguridades y, a la vez,  la necesidad de trabajar por la paz. Sin embargo, no es la única guerra en estos momentos. Contemplamos también cómo, en todo el mundo, los regímenes autoritarios se hacen fuertes, y los populismos y nacionalismos hacen que estallen nuevos conflictos. Conflictos y violaciones de los derechos humanos en Colombia, con el pueblo kurdo, con la guerra en Ucrania, con conflictos en la zona del Sahel, con las guerras en Sudán, Burkina Faso, recientemente en el norte de Etiopía... 

La guerra, la violencia está fuertemente arraigada en nuestra naturaleza. Por ello, debemos orar, educar y desaprender. Ahora mismo, escucharemos la canción de Luis Guitarra titulada “desaprender la guerra”. Tanto que tenemos que aprender, tanto que tenemos que cambiar el chip cada uno de nosotros.

Sin embargo, hoy toca tener la mirada y el corazón para Tierra Santa. Ante la llamada mundial del Papa para orar por la paz, nos hemos congregado en este Santuario del Carmen, para, ante los pies de la Madre, suplicarle por la guerra.

 

Canción: “Desaprender la guerra” (Luis Guitarra) https://www.youtube.com/watch?v=3n6tExVKKy4 

 

Desaprender la guerra, realimentar la risa, deshilachar los miedos, curarse las heridas. Difuminar fronteras, rehuir de la codicia, anteponer lo ajeno, negarse a las consignas. 

Desconvocar el odio, desestimar la ira, rehusar usar la fuerza, rodearse de caricias. Reabrir todas las puertas, sitiar cada mentira, pactar sin condiciones, rendirse a la Justicia. 

Rehabilitar los sueños, penalizar las prisas, indemnizar al alma, sumarse a la alegría. 

Humanizar los credos, purificar la brisa, adecentar la Tierra, reinaugurar la Vida. 

Desconvocar el odio... 

Desaprender la guerra, curarse las heridas. Desaprender la guerra, negarse a las consignas.
Desaprender la guerra, rodearse de caricias. Desaprender la guerra, rendirse a la Justicia. Desaprender la guerra, sumarse a la alegría. Desaprender la guerra, reinaugurar la Vida. 

 

 

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO 

(canto de adoración)

 

Contemplar a Cristo Eucaristía nos lleva a hacernos cargo del sufrimiento de los hermanos. Somos envidos para dar testimonio del amor de Dios. Con la confianza puesta en Él, presentamos nuestra oración por la paz y pedimos: 

Concédenos, Señor, tu Espíritu de amor,
a fin de que fomentemos entre todos los seres humanos la paz que Tú mismo nos regalas.
Por Jesucristo, nuestro Señor. 

 

Un momento de silencio con alguna canción instrumental (Samy Galí)

Lector 1: Este es el proyecto de Dios: "De las espadas forjarán arados; de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra". (ls2,4). 

 

Lector 2: Este es el proyecto de Dios: "Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. Nadie hará daño ni estrago en todo mi monte santo" (ls 11,6-9a). 

 

Lector 1: Este es el proyecto de Dios: "Librará al pobre que pide auxilio, al afligido que no tiene protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres". (Salmo 72,12-13). 

 

Lector 2: Este es el proyecto de Dios. Y hoy estamos aquí, unidos en la oración, porque la realidad de nuestro mundo está muy lejos de este proyecto. Las armas de la guerra no se han transformado en herramientas para el bien-estar de todos, en el corazón de los dirigentes del mundo y en el nuestro no mandan los proyectos de paz, los pobres siguen sin poder levantar la cabeza

 

Corto Silencio 

 

Lector 3: Queremos orar juntas con toda la fuerza de nuestro corazón y de nuestra alma. Compartir con Dios nuestro Padre ese anhelo que tenemos de trabajar por un mundo solidario y en paz, un mundo justo, un mundo en el que todos podamos sentirnos felices y libres. Orar a Dios, y hacer de esta oración un clamor para que el proyecto de su Reino, ese proyecto por el que Jesús murió, se abra paso en nuestra historia humana. 

 

Lectura de la carta del apóstol Santiago (3,13-18) 

 

“¿Hay alguno entre vosotros sabio y entendido? Que lo demuestre con una buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría. Pero, si tenéis el corazón amargado por la envidia y las rivalidades, no andéis gloriándoos, porque sería pura falsedad. Esa sabiduría no viene del cielo, sino que es terrena, animal, diabólica. Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia”. Palabra de Dios. 

 

Lector 3 :Y ahora, oremos juntos con unas palabras que expresan nuestro anhelo compartido. Son palabras antiguas, las palabras que los peregrinos judíos cantaban al llegar a la vista de Jerusalén. Palabras que desean la paz a aquella ciudad amada, que para nosotros hoy puede significar el mundo entero.

Jerusalén es la ciudad de la paz. Algunos dicen que ese es el significado de su nombre. Jerusalén es la ciudad santa para nuestros hermanos judíos, musulmanes y nosotros. 

 

Salmo 121 (recitado a dos coros) 

 

¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor"! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. 

 

Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. 

Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor.
En ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. 

 

Desead la paz a Jerusalén: "Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios". Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: "La paz contigo". 

Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien.

 

 

Lectura de las Bienaventuranzas, (Mt 5,3-12) 

"Al ver Jesús a las multitudes, subió al monte; se sentó y se le acercaron sus discípulos; y abriendo su boca les enseñaba diciendo: 

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el Reino de
los Cielos.

Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y os calumnien de cualquier modo por
mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el Cielo: de la misma manera persiguieron a los profetas que os precedieron 

 

Corto Silencio

 

La Palabra de Francisco de Asís: TRES COMPAÑEROS, 58
“Amonestaba también a los hermanos que no juzgaran a nadie, ni despreciaran a los que viven con regalo y se visten con lujo y vanidad (2 R 2,17), porque Dios es Señor nuestro y de ellos, y los puede llamar hacia sí, y, una vez llamados, justificarlos. Decía también que quería que los hermanos respetaran a estos hombres como a hermanos y señores suyos, pues son hermanos, en cuanto han sido creados por el mismo Creador, y son señores, en cuanto que, proveyéndoles de lo necesario para el cuerpo, ayudan a los buenos a hacer penitencia. Y seguía diciendo: «Tal debería de ser el comportamiento de los hermanos entre los hombres, que cualquiera que los oyera o viera, diera gloria al Padre celestial y le alabara devotamente».
Todo su afán era que así él como los hermanos estuvieran tan enriquecidos de buenas obras, que el Señor fuera alabado por ellas. Y les decía: «Que la paz que anunciáis de palabra, la tengáis, y en mayor medida, en vuestros corazones Que ninguno se vea provocado por vosotros a ira o escándalo, sino que por vuestra mansedumbre todos sean inducidos a la paz, a la benignidad y a la concordia. Pues para esto hemos sido llamados: para curar a los heridos, para vendar a los quebrados y para corregir a los equivocados. Pues muchos que parecen ser miembros del diablo, llegarán todavía a ser discípulos de Cristo».
Una llamada a la renovación del compromiso por la paz con justicia
(del Patriarca armenio ortodoxo, Su Santidad Aram I, del 17 de Septiembre 2004) 

 

La paz es un don de Dios a la humanidad..., la paz es una promesa divina... y es también una misión confiada por Dios que es preciso cumplir. En consecuencia, la construcción de la paz es un elemento integrante de la vocación cristiana. Es una dimensión esencial de la proclamación del Evangelio.
Paz significa ante todo respeto de la vida. Ello nos obliga a renunciar a la violencia contra la vida y a defender su carácter sagrado y su integridad.
Paz significa hacer justicia. La justicia es una condición sine qua non para la paz. Es el único camino para la paz. La paz verdadera y permanente se sustenta en la justicia.
Paz significa aceptarse unos a otros como somos, respetando nuestras diferencias y tratando de encontrar objetivos y valores comunes en medio de nuestras diferencias.
Paz significa construcción de la comunidad reconociendo los derechos y obligaciones de cada cual, y promoviendo la interacción creadora y relaciones coherentes.
Paz no significa vencer a los enemigos; significa superación de la enemistad mediante la confianza y el entendimiento mutuos.
Paz no significa ausencia de conflicto, sino buenas relaciones con Dios, con el prójimo y con la creación. La paz prevalece en todo lugar y en todo momento en que haya libertad en la verdad (Jn 14:16), igualdad en la justicia (Col 4:1), y armonía en la vida (1 Jn 4:8).

 

Momento de silencio 

 

PETICIONES DE PERDÓN 

Por las injusticias que provocan las guerras.  Señor ten piedad. 

Por aquéllos que declaran y sostienen guerras y conflictos.  Cristo ten piedad. 

Por nuestra indiferencia que condena al olvido a los que padecen a causa de las guerras y los conflictos.  Señor ten piedad. 

 

ORACIÓN UNIVERSAL 

 

El Papa Francisco nos recordaba en su mensaje de la Jornada Mundial de la Paz del 2022 que “la paz es tanto un don de lo alto como el fruto de un compromiso compartido. Todos pueden colaborar en la construcción de un mundo más pacífico: partiendo del propio corazón y de las relaciones en la familia, en la sociedad y con el medioambiente, hasta las relaciones entre los pueblos y entre los Estados”. 

 

LETANÍAS DE LA PAZ 

Cristo, en la Última Cena, intercedió ante el Padre por el mundo. Nosotros, ahora, suplicamos que el Señor Jesús nos conceda el don de la paz. Rezaremos las letanías de la paz tomadas de la Sagrada Escritura, respondiendo a cada una “Señor, danos tu paz”. 

El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz (Núm 6, 26). 

R. Señor, danos tu paz. 

 

Apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella (Sal 34, 15). R. Señor, danos tu paz. 

 

La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan (Sal 85, 11). 

R. Señor, danos tu paz. 

 

Demasiado llevo viviendo con los que odian la paz. Cuando yo digo: «Paz», ellos 

dicen: «Guerra» (Sal 120, 6.7). 

R. Señor, danos tu paz. 

 

La obra de la justicia será la paz, su fruto, reposo y confianza para siempre (Ls 32, 17). 

R. Señor, danos tu paz. 

 

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad (Lc 2, 14). 

R. Señor, danos tu paz. 

 

Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa” (Lc 10, 5). 

R. Señor, danos tu paz. 

 

Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo 

tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo (Jn 16, 33). 

R. Señor, danos tu paz. 

 

Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también 

os envío yo» (Jn 20, 21). 

R. Señor, danos tu paz. 

 

El fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, 

lealtad, modestia, dominio de sí (Gál 5, 22-23). 

R. Señor, danos tu paz. 

 

SIGNO

Se va a llevar la custodia a cada uno de los presentes. Para que miremos al Príncipe de la Paz.

 

PADRENUESTRO

 

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. 

 

 

ORACIÓN 

En el día de la celebración de “Santa María, Madre de Dios” pedimos:
Acoge, ¡oh Madre! nuestra súplica... Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar. Líbranos de las guerras y de los conflictos. 


 

¡VAYAMOS EN PAZ! ¡LLEVEMOS LA PAZ DE JESÚS AL MUNDO! 

miércoles, 25 de octubre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE OCTUBRE DE 2023

 Lc 12,49-53: No he venido a traer paz, sino división.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

–He venido a prender fuego en el mundo: ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!

¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.

En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.


¡Qué ánimos nos das Jesús que nos vienes a traer división y no paz!


En primer lugar, en el evangelio Él nos aclara que la paz que viene a traer es distinta de la del mundo, por lo que no debemos comparar.


En segundo lugar, la división hace referencia a la no posibilidad de tener medias tintas, dobles verdades, dos caras ante Jesús. Ante Jesús hay dos posibilidades: lo aceptas o lo niegas. En Él no caben las ambigüedades. El que lo acepta a medias, no lo acepta. Se ama o no se ama. 


En tercer lugar, Jesús ha venido a traer movimiento a la tierra. No un espíritu de cobardía, de pasividad sino de valentía y movimiento. Ha venido a traer pasión. Todo ésto es lo que trae consigo el amor: movimiento, pasión, etc.


Pidámosle a Jesús que nos queme por dentro.

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A

   

   


HOJA PARROQUIAL

28 y 29 de Octubre del 2023

                   Domingo XXX del tiempo ordinario. Ciclo A

Parroquias de Ntra. Sra. de la Concepción,
de Ntra. Sra. del Carmen
y de San Joaquín y Santa Ana








“ Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón ”



  


    ¿No nos sentimos a veces envueltos en una multitud de preceptos y normas, tradiciones y costumbres que debemos cumplir? ¿Nos hemos preguntado alguna vez, en síntesis, qué es lo más importante en la vida cristiana?


    Estamos viviendo tiempos complejos y difíciles en un mundo convulsionado por violencias e injusticias, pero a la vez, estamos presenciando un kairós en la Iglesia Católica: el proceso sinodal. De nuevo, necesitamos preguntarnos: ¿Qué es lo más importante para un discípulo-misionero de Jesucristo?

    

    Jesús nos da, en el evangelio de hoy, mucha luz sobre estas cuestiones tan vitales y decisivas. 



LECTURAS



Primera lectura del libro del Éxodo 22, 20-26


Esto dice el Señor:
«No maltratarás ni oprimirás al emigrante, pues emigrantes fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
No explotarás a viudas ni a huérfanos. Si los explotas y gritan a mí, yo escucharé su clamor, se encenderá mi ira y os mataré a espada; vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos.
Si prestas dinero a alguien de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero cargándole intereses.
Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo».


Salmo 17,  R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.


Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.

Dios mío, peña mía, refugio mío,
escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R/.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu ungido. R/.


Segunda lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 5c-10


Hermanos:
Sabéis cómo nos comportamos entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio de una gran tribulación, con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.
No solo ha resonado la palabra del Señor en Macedonia y en Acaya desde vuestra comunidad, sino que además vuestra fe en Dios se ha difundido por doquier, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la visita que os hicimos: cómo os convertisteis a Dios, abandonando los ídolos, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.


Evangelio según san Mateo 22, 34-40


En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a
prueba:
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?».
Él le dijo:
«“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”.
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas».






1. La experiencia del proceso sinodal 


    18. Sin embargo, no faltaron las dificultades, que las síntesis no ocultan. Algunas están vinculadas a la coincidencia de la fase de consulta con la pandemia, otras derivan de la dificultad de comprender lo que significa la sinodalidad, de la necesidad de un mayor esfuerzo de traducción e inculturación de los materiales, de la imposibilidad de organizar reuniones sinodales en algunos contextos locales o de resistencia ante la propuesta. No faltan expresiones muy claras de rechazo: «no me fío del Sínodo. Creo que se ha convocado para introducir más cambios en las enseñanzas de Cristo e infligir más heridas a su Iglesia» (tomado de una contribución individual del Reino Unido). A menudo se ha manifestado la preocupación de que el énfasis en la sinodalidad pueda presionar para que se adopten en la Iglesia mecanismos y procedimientos centrados en el principio de la mayoría democrática. Entre las dificultades está también el escepticismo sobre la eficacia real o la intención del proceso sinodal: «algunos expresaron dudas sobre el resultado del proceso sinodal debido a la percepción de la Iglesia como una institución rígida que no quiere cambiar y modernizarse, o por la sospecha de que el resultado del Sínodo esté predeterminado» (CE Canadá). 


    19. Numerosas síntesis mencionan los temores y las resistencias de parte del clero, así como la pasividad de los laicos, su miedo a expresarse libremente y la dificultad de articular el papel de los pastores con la dinámica sinodal: «en este proceso también ha habido resistencias, falta de participación, comunidades que no se incorporaron. Ello, en parte, pudo ser por la novedad del desafío planteado, pues muchas comunidades no están acostumbradas a esta forma de vivir la Iglesia. También, se ha debido a que algunos dirigentes y pastores no asumieron el papel animador y conductor que les correspondía. Varios informes diocesanos se quejan de la falta o del débil involucramiento de los sacerdotes» (CE Chile). En muchos casos, el proceso sinodal y los materiales recibidos revelan que existe una percepción generalizada de separación entre los sacerdotes y el resto del Pueblo de Dios: «las consultas en las diócesis y a nivel nacional han mostrado que la relación entre los sacerdotes y los fieles es en muchos lugares difícil. Por un lado, se critica la distancia que se percibe entre el clero y los laicos; por otro lado, en algunos lugares los sacerdotes se experimentan incluso como un obstáculo para una comunidad fructífera. Al mismo tiempo, se mencionan los desafíos para los sacerdotes: la disminución de su número y del de los [colaboradores] voluntarios conducen al agotamiento; además, los sacerdotes no siempre se sienten escuchados, algunos ven cuestionado su ministerio. ¿Qué hace a un buen sacerdote? ¿Cómo puede ser la vida parroquial una experiencia enriquecedora para todos los implicados? ¿Por qué cada vez menos hombres sienten la vocación? Es necesario hablar sobre estas cuestiones» (CE Austria). 

martes, 24 de octubre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE OCTUBRE DE 2023

 Lc 12,39-48: Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.

Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

Pedro le dijo:

«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».

Y el Señor dijo:

«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?

Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.

Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.

El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».


Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá. Como tantas veces, las expresiones de Jesús en nuestras traducciones no expresan del todo el espíritu de lo que quiere decir. Nosotros lo entendemos como una exigencia grande. Puedo entenderlo como las ayudas que da el gobierno que luego hay que declararlas a hacienda. Y ésto desdice del Jesús misericordioso que vamos conociendo más. 


Por otro lado, nunca quiero decir que todo valga, que da lo mismo todo. Pero entre una exigencia que nos pueda asfixiar y todo jauja, hay un término medio en el que creo que se mueve Jesús.


Yo creo entender, que nos está advirtiendo que los dones son para ponerlos al servicio DE LA MISIÓN.  No son para uno. Son para el crecimiento de la comunidad, que siempre está en camino y en salida.


Lo contrario provoca dos enfermedades: la autorreferencialidad y según el Papa lo que da es la muerte de la comunidad. Lo segundo es el orgullo que nos puede provocar, y ésta también es la muerte de todo lo que Dios pudiera hacer en nosotros. 


Por ello, no te asfixies por producir, sino por entregarte. Dios (como diría Santa Teresa de Calcula), no te pide el éxito sino el trabajo. 

lunes, 23 de octubre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 24 DE OCTUBRE DE 2023

Lc 12,35-38: Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en en vela.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


–Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame.


Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.


Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.




El Señor nos invita a tener ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Cuando el señor vuelve pronto, es fácil. Lo complicado es tener ceñida la cintura y encendidas las lámparas cuanto tarda en llegar.


Estamos acostumbrados a que todo se haga rápido y que todo sea cambiante. Si se alarga en el tiempo, o nos cansamos, o nos olvidamos. En seguida perdemos la tensión y nos relajamos. Ya somos incapaces de mantener un compromiso en el tiempo. Nos da vértigo.


El cansancio es uno de los males de nuestro tiempo. Nos cansamos de todo. Nos cansamos rápidos.

Sin embargo, sólo el que persevera en todos los ámbitos, podrá hacer algo en la vida. Por eso Jesús los llama dichosos. 


En la Evangelii Gaudium el Papa nos habla de la acedía.

Así se gesta la mayor amenaza, que «es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad». Se desarrolla la psicología de la tumba, que poco a poco convierte a los cristianos en momias de museo. Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismos, viven la constante tentación de apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera del corazón como «el más preciado de los elixires del demonio». Llamados a iluminar y a comunicar vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que sólo generan oscuridad y cansancio interior, y que apolillan el dinamismo apostólico. Por todo esto, me permito insistir: ¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora!