miércoles, 1 de noviembre de 2023

ESQUEMA DE LA HOMILÍA EN LA SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS 2023

GE 1. «Alegraos y regocijaos» (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. 


En el día de hoy contemplamos la cantidad enorme de santos, multitudes inmensas de personas que ya participan de la gloria de Dios. Es un día para sentir la llamada a la santidad. Cuando hablamos de santidad no hablamos de merecimientos. Es simplemente: “servir al Señor con alegría”.


Muchas veces consideramos la santidad como algo aburrido, no atrayente, sólo para unos pocos. La santidad la confundimos con la beatería. Los santos son personas mojigatas.

Nada más lejos de la realidad. El Papa Francisco en la exhortación Gaudete et Etxsultate quiso poner las bases sobre la que asentarnos cada cristiano y cada espiritualidad. Para corregir excesos, deformaciones y caricaturas, que hacían poco cercana y atrayente, lo que es el ideal de vida cristiana.


Y la Iglesia nos pone como evangelio del día de hoy al de las bienaventuranzas, que consideramos como el programa de vida del cristiano


«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 

Podemos decir que ésta es la principal y la que da luz y orientación a las demás. Es la humildad. Es la sencillez. Es el abandono en Dios. María era del grupo de los Anawin, los pobres de Yahveh. Es el que sólo tiene a Dios. Amar a Dios con todo el corazón, con todo el alma…


Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. 

Los mansos son los que no buscan la confrontación sino la paz. Son los que consiguen que la sociedad avance. El diálogo. La sinodalidad. María meditaba todo en su corazón.


Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 

Me afectan los problemas del otro. Me duelen sus cosas. Me preocupo y ocupo de ellos. No soy indiferente. Son los que saben escuchar los gritos de los pobres y de las muchedumbres.


Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. 

Dios no es neutral y no quiere las injusticias. El santo es el que lucha por las injusticias. 


Para no alargarme más, sólo enunciaré el resto de bienaventuranzas


Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 


Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. 


Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 


Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 


Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».

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