Celebramos la noche, la noche tan esperada en el que el cielo se abre de nuevo. Se abrió para derramar al Justo y ahora se abre de nuevo para recibirlo. Pero el cielo no se cerrará más.
Esta es la noche en la que por toda la tierra, los que confiesan su fe en Cristo, son arrancados de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, son restituidos a la gracia y son agregados a los santos. Esta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo. Esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los potentes.
Es tan grande la alegría que demuestra el pregón, que llega a afirmar: “necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo”
Comenzamos la noche con el fuego. En medio de la oscuridad se ha hecho la luz. Y ésta luz sólo viene del amor. El amor de Dios, que es el fundante de todos nuestros amores.
Es el amor que ilumina
Es el amor que calienta
Es el amor que envuelve
Es el amor que te da seguridad
Es el amor que te levanta
Es el amor que construye
Es el amor que…
Ya no habrá noche tan oscura que no nos permita caminar. Es como si siempre tuviéramos la luna a nuestros pies que nos permita avanzar.
Jesús es la Luz. Nosotros somos la Luz del mundo para los demás.
Miremos la Luz, dejémonos envolver por ella. Y seamos luz para los demás.
Para que no nos olvidemos, esa luz queda encendida y representada en este tiempo de Pascua en el cirio pascual.
Posteriormente pasamos a las lecturas. La liturgia de la palabra en este caso es exuberante. Nos ofrecen poder leer 7 lecturas con sus salmos. Es que esta noche no es para tomarla con prisa. No tengamos prisa del Señor y de su amor.
La lectura de la creación con su respectiva oración, que las enuncio porque nos puedan ayudar. Dice así: …que comprendan como la creación del mundo…no fue obra de mayor grandeza que el sacrificio de Cristo.
Luego la lectura del Éxodo, paso del Mar Rojo y dice así la oración: igual que vemos brillar tus antiguas maravillas…hoy aseguras la salvación de todas las naciones haciéndolas renacer por las aguas del bautismo.
Luego hemos leído una lectura profética de Isaías. Y la oración nos mete en la historia de la salvación en la cual los profetas anunciaron los misterios que celebramos y que necesitamos de la gracia para progresar en la virtud.
Terminamos este periplo por las lecturas con la carta a los Romanos y luego el evangelio.
Todo este cuadro debe ir esponjando nuestro corazón para el encuentro que hacemos con Jesús.
Pero antes, la liturgia bautismal donde renovamos nuestro bautismo. Aquí reconocemos que esta es una labor de toda la vida, que podemos apartarnos de la luz.
En definitiva, renunciamos al Príncipe de las Tinieblas, sus obras y sus seducciones como pueden ser:
el creeros los mejores;
el veros superiores;
el estar muy seguros de vosotros mismos;
el creer que ya estáis convertidos del todo;
el quedarnos en las cosas, medios, instituciones, métodos, reglamentos, y no ir a Dios?
Y por último la Liturgia de la Eucaristía. Todo lo anterior nos prepara para el encuentro con Jesús. Todo lo que hemos celebrado se hace presente y patente a través de la Hostia Consagrada que luego llevaremos en procesión. Todo queda concentra do en ella, en su presencia permanente entre nosotros. Permítanme que repita algunas palabras del Jueves Santo: que descubramos que NO PODREMOS VIVIR SIN ÉL Y TODA MI VIDA ES BUSCARLO A ÉL. YA NADA ME CONTENTA, ME AGRADA, ME SATISFACE COMPARADO CON EL MOMENTO DE ESTAR CON JESÚS.
La Pascua es Él.
La vida es Él.
La esperanza es Él.
La verdad es Él.
El camino es Él.
La puerta es Él.
El amor es Él.
La presencia es Él.
Y como diría la plegaria eucarístía IV: "y porque no vivamos ya para nosotros mismos, sino para él, que por nosotros murió y resucitó."
Y ahora viene a nuestra vida la afirmación de los hombres de blanco: ¡Por qué buscamos entre los muertos al que vive!
Busquémoslo donde está:
Donde dos o más estén reunidos en su nombre
En la Eucaristia (misa y sagrario)
En los sacramentos (Reconciliación)
En los pobres.
EG 1 “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento.
¿Qué documento es éste?
EG 3 «Nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor»
Que así lo hagamos
Que así lo vivamos
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