Nos hemos reunido esta tarde para celebrar la fiesta del Rosario, con posterior procesión. No me alargaré mucho. Esta mañana en la misa intentaba ser breve, dado el gran calor que nos está asolando
La advocación del Rosario nos recuerda de esa oración universal dirigida a la Madre. Para muchos, la única oración que hacen a ella. Ella se lo merece todo. Ella es la Madre, modelo de cristiana. No tengamos miedo de acudir a ella, porque siempre nos llevará al Señor.
Dios lo permite. Permite que todo pase por ella, permite que muchas veces nos dirijamos a ella sin ir a Él. Es un misterio. Pero ella "siempre nos lleva a Jesús", aunque no lo sepamos.
El evangelio nos habla del pueblo de Israel y su infidelidad a Dios, como continuamente no daban frutos. Y como se le arrabatará todo.
No somos el pueblo de Israel, contamos con María.
Una de las grandes diferencias de cualquier religión con respecto a la nuestra es que contamos con una madre. Ella hace que todo encaje, engrane y que vayamos a Él. (Virgen de los Mandarinos)
Al hilo de los misterios de gloria, que son los de este día domingo, María nos enseña
Primer misterio: La resurrección. Nadie como la Madre lloró la muerte de Jesús, de su Hijo. Nadie como la Madre se alegró de su resurrección. Es nuestra alegría más profunda. Decía el Papa San Pablo VI, que la alegría cristiana es participación de la resurrección. María nos enseña la alegría de la resurrección. María nos recuerda que Dios vence, vence el amor, vence la entrega, vence el sacrificio.
Segundo misterio: La Ascensión. María nos enseña a confiar en Dios a pesar de no verlo. María nos enseña que tenemos que trabajar por el Reino. Ya lo decía San Pablo VI, el mejor culto a María es la imitación de sus virtudes.
María nos enseña que la mirada de la fe es la más profunda, más plena, más auténtica.
Tercer misterio: La venida del Espíritu Santo. El texto de Pentecostés nos dice que María estaba ahí, ayudando a los apóstoles. María, esposa del Espíritu Santo, nos enseña a confiar en Él, a dejarnos llevar por Él, a no dejarnos llevar por nuestros criterios, sino sólo por los del Espiritu Santo.
Cuarto misterio: La Asunción. También la asunción es obra de Jesús y María dejándose hacer. Siempre es Dios quien toma la iniciativa. Siempre es Dios el que vence. Siempre vemos a María haciendo la voluntad del Padre. Aquí está la esclava del Señor. María nos enseña a rezar el Padre nuestro, especialmente "hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo".
Quinto misterio: María coronada como Reina de todo lo creado. Reina de todo, de todo el universo. Es una reina servidora, como Jesús, como Dios Padre.
Queridos hermanos, especialmente los de la dominica cofradía de nuestra señora del Rosario, que esta oración nos lleva a una vida más auténtica y demos un testimonio de cristianos dignos de nuestra devoción a la Madre.
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