jueves, 11 de abril de 2024

HOMILÍA DEL JUEVES SANTO DEL PADRE VIJIBOSE

Jueves Santo

 

Queridos hermanos y hermanas,

Esta noche nos reunimos en una ocasión trascendental: el Jueves Santo. Al reflexionar sobre los acontecimientos que se han desarrollado, no nos limitemos a recordarlos, sino captemos su esencia. San Pablo, en la segunda lectura de hoy, dice: "Recibí una tradición del Señor y os la transmití". ¿Cuál es la tradición de la que habla San Pablo? Permítanme que no vaya a la Biblia para ver la respuesta, sino que acuda a ustedes. ¿Qué es esta tradición? Supongo que tienes tres cosas en mente, pues eres consciente de la importancia de este día: el lavatorio de los pies, la institución de la Eucaristía y el sacerdocio. Ahora vamos a obtener la respuesta de San Pablo. Dice que la tradición que recibió y nos transmitió fue la institución de la Eucaristía. En efecto, es una tradición importante que hemos recibido como cristianos, y de ella derivan todas las demás.

 

¿Por qué es tan importante?

Dios amó tanto al mundo que nos dio a su Hijo único Jesús. Cuando llegó la hora de que Jesús fuera a su Padre, quiso hacernos a nosotros, a la humanidad, un regalo maravilloso. Se entregó a sí mismo: su cuerpo y su sangre como Eucaristía. Tenía muchas otras maneras de darse a nosotros, pero eligió la forma de alimento. Nació en Belén, que significa casa del pan. En nuestra propia cultura, conocemos la importancia de la comida. En toda nuestra cultura, uno de los elementos importantes en cualquier celebración es la comida. La alegría del anfitrión es que sus invitados disfruten de la cena. No es de extrañar, pues, que a Jesús le guste alimentarnos con su cuerpo y su sangre. Queridos hermanos y hermanas, la Eucaristía es más que un símbolo; es la presencia y el amor del Señor. Por eso, el Concilio Vaticano II dice que la Eucaristía es fuente y culmen de la vida cristiana.

 

¿Cuántos de nosotros nos levantaríamos si alguien nos dijera que Jesús está en la casa de al lado? ¿Nadie? Claro que algunos iríamos. Santa Teresa de Ávila dice que ella no iría aunque alguien le dijera que Jesús está en la casa de al lado. ¿Podemos creerlo... una santa diciendo eso? Pero ella explica: "Porque Jesús está siempre presente en la capilla de mi convento, en el sagrario". La gente le preguntaba a la Madre Teresa de Calcuta: "¿De dónde sacan usted y sus hermanas la alegría y la energía para hacer lo que hacen?". Ella respondió: "De la Eucaristía".

 

San Pablo nos invita hoy, en este día especial, a llevar adelante esta tradición eucarística. ¿Cómo lo hacemos? San Juan Pablo II dijo: "No puede haber Eucaristía sin sacerdocio". Y subrayó: "Los sacerdotes son necesarios para celebrar la Sagrada Eucaristía". Hoy, demos gracias a los sacerdotes y recemos especialmente por ellos, y alimentemos las vocaciones desde nuestra familia.

 

La Eucaristía nos lleva al tercer elemento de la celebración de hoy y es el servicio. La Eucaristía la celebran los sacerdotes, pero esta gran tradición se transmite en el servicio. Jesús nos mostró el ejemplo hasta su muerte. La mayoría de las veces, cuando nos acercamos a los médicos para que nos den consejos de salud, nos piden que quememos la comida, es decir, que hagamos ejercicios. Cuando comemos el alimento que nutre nuestro cuerpo físico, hacemos actividades en proporción a él y cuánto tenemos que hacer cuando comemos el alimento (Eucaristía) que nutre tanto nuestro cuerpo como nuestra alma. San Ignacio exhorta en sus Ejercicios Espirituales: "El amor debe manifestarse más por las obras que por las palabras".

 

Sabemos que nuestro Papa Francisco fue arzobispo de Buenos Aires. Se narra de él: Poco después de ser arzobispo fue invitado a cenar al Seminario Metropolitano; al final de la comida, cuando el rector le preguntó si quería decir algo a los seminaristas, Bergoglio se levantó y dijo: "Esta noche lavaré los platos". En efecto, el servicio es visto como una forma de colaboración con Dios.

 

Que Dios nos dé la gracia de difundir la gran tradición de la Eucaristía haciendo sencillos actos de bien en nuestra familia y en nuestra sociedad. Amén.


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