lunes, 19 de agosto de 2024

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

                                           



HOJA PARROQUIAL

24 y 25 de Agosto de 2024

Domingo XXI del Tiempo Ordinario. Ciclo B


Parroquias de Ntra. Sra. de la Concepción,
de Ntra. Sra. del Carmen
y de San Joaquín y Santa Ana







Los textos son cogidos de la página de 








“¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna


“¿A QUIÉN VAMOS A ACUDIR? TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA” 


LECTURAS






Primera lectura del Libro de Josué 24, 1-2a. 15-17. 18b


En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén y llamó a los ancianos de Israel, a los jefes, a los jueces y a los magistrados. Y se presentaron ante Dios.

Josué dijo a todo el pueblo:
«Si os resulta duro servir al Señor, elegid hoy a quién queréis servir: si a los dioses a los que sirvieron vuestros antepasados al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis; que yo y mi casa serviremos al Señor».

El pueblo respondió:
«¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses! Porque el Señor nuestro Dios es quien nos sacó, a nosotros y a nuestros padres, de Egipto, de la casa de la esclavitud; quien hizo ante nuestros ojos aquellos prodigios y nos guardó en todo nuestro peregrinar y entre todos los pueblos por los que atravesamos.

También nosotros serviremos al Señor: ¡porque él es nuestro Dios!».


Salmo 33, 2-3. 16-17. 18-19. 20-21. 22-23 R: Gustad y ved qué bueno es el Señor.


Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra fe sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R.

Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará. R.

La maldad da muerte al malvado,
y los que odian al justo serán castigados.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R.


Segunda lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 5, 21-32


Hermanos:
Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo: las mujeres, a sus maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia: Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentársela gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpo suyos que son.

Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.

«Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán os dos una sola carne».

Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.


Evangelio según San Juan 6, 60-69


En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús, dijeron:
«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»

Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
«¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen».

Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.

Y dijo:
«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».

Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.

Entonces Jesús les dijo a los Doce:
«¿También vosotros queréis marcharos?».

Simón Pedro le contestó:
«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».




Los textos son cogidos de la página de 






ver





En un capítulo de la serie de televisión «Caso abierto», uno de los personajes agradecía a su padre que le hubiera enseñado a ‘proconear’, es decir, a que, antes de tomar una decisión, hiciera una lista de los ‘pros’ y los ‘contras’ que conllevaba tomar esa decisión. Nosotros, ante alguna decisión importante, habitualmente solemos ‘proconear’, pensamos los argumentos a favor y las razones contrarias para tomarla; pero en situaciones más cotidianas no solemos detenernos a reflexionar y decidimos de un modo más impulsivo, sin pensar en las consecuencias.  




juzgar



Este domingo la Palabra de Dios nos invita a ‘proconear’, y sobre un tema muy serio: seguir de verdad al Señor, con todo lo que eso conlleva, o no seguirlo. En la 1ª lectura, “Josué reunió todas las tribus de Israel y dijo a todo el pueblo: Si os resulta duro servir al Señor, elegid hoy a quién queréis servir: si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres… o a los dioses de los amorreos”. Tras la muerte de Moisés, Josué ha guiado al pueblo de Israel en su llegada a la Tierra Prometida. Allí hay establecidos otros pueblos con sus propios dioses, cuyo culto es incompatible con servir al Señor. Los israelitas deben tomar una decisión, y ‘proconean’: es cierto que el culto a los otros dioses es menos exigente que la Ley del Señor y, además, adoptar ese culto les permitiría integrarse en el territorio al que han llegado; pero en su ‘proconear’ se dan cuenta de que “el Señor nuestro Dios es quien nos sacó de Egipto, de la esclavitud; y quien hizo aquellos grandes prodigios y nos guardó en todo nuestro peregrinar y entre todos los pueblos…”. Y acaban tomando su decisión: “También nosotros serviremos al Señor, ¡porque Él es nuestro Dios!”.

En el Evangelio, Jesús también invita a sus discípulos a ‘proconear’. Como hemos escuchado estos últimos domingos, Jesús les ha hablado de sí mismo como el Pan de Vida y “muchos de los discípulos dijeron: Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?”. Se dan cuenta de que seguir a Jesús conlleva un cambio radical y, por eso, “desde entonces, muchos discípulos se echaron atrás y no volvieron a ir con Él”. Dejan la ‘novedad’ de Jesús para volver a la seguridad de la Ley y a sus antiguas tradiciones.

Los Doce, que han sido llamados personalmente por Jesús a seguirle, también deben tomar na decisión; por eso Jesús les invita a ‘proconear’: “¿También vosotros queréis marcharos?”.

Igual que cuando Jesús les llamó, ahora han de responder también libremente, pero conscientes de todas las consecuencias. Han descubierto que no es fácil seguir a Jesús, que hay muchas cosas que no entienden, que hay que estar dispuesto a ‘cargar con la cruz cada día’ e incluso ‘perder la vida por Él’ (Lc 9, 23-24). Pero en ese ‘proconear’, Pedro indica la razón fundamental para seguir a Jesús: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna”. Es cierto que las palabras de Jesús son duras y exigentes, pero también son palabras que nos dirige “el Santo de Dios”, y por eso, ya desde ahora, abren a la eternidad a quienes las acogen con fe. Por eso, merece la pena decidir seguirle.




actuar





Muchos llevamos años ‘siguiendo’ al Señor: oramos, participamos en la Eucaristía, recibimos el Sacramento del Perdón, quizá participamos en un Equipo de Vida, quizá desempeñamos algún compromiso evangelizador… pero sin haberlo reflexionado bien. Hoy el Señor nos pide que, con total libertad, renovemos nuestra decisión de seguirle, y para eso nos invita a ‘proconear’ con Él.

Quizá nuestro ser cristianos ‘choca’ con nuestro entorno, como ocurrió al pueblo de Israel, y sentimos que sería más fácil adaptarnos a las corrientes de pensamiento actuales. 

Quizá pensamos, como esos discípulos, que el modo de hablar de Jesús es duro, que es demasiado exigente, y preferiríamos la ‘seguridad’ de unas prácticas religiosas que tranquilicen nuestra conciencia pero que no supongan grandes cambios en nuestra vida y nuestros esquemas.

Pero también hemos de ‘re-cordar’, volver a pasar por el corazón, todo lo que el Señor ha obrado en nuestra vida, en luces y sombras, y que nos ha permitido llegar hasta aquí, hasta el día de hoy.

Y también hemos de tener presente la Palabra que el Señor nos dirige, cómo nos ha iluminado y afectado, en qué momentos nos ha dado ‘vida’ y cómo nos ha abierto el horizonte de Dios.

Ojalá, al ‘proconear’ con el Señor, también podamos responder, como Pedro: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.







SECRETARÍA GENERAL DEL SÍNODO

INSTRUMENTUM LABORIS

XVI ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DEL SÍNODO DE LOS OBISPOS

PARA LA SEGUNDA SESIÓN

(OCTUBRE DE 2024)



Tres años de camino


Las respuestas a la pregunta orientadora, enviadas por la mayoría de las Conferencias Episcopales y sus agrupaciones continentales, por las Iglesias Orientales Católicas, por las diócesis que no forman parte de una Conferencia Episcopal, por los dicasterios de la Curia Romana, por la Unión de Superiores Generales y la Unión Internacional de las Superioras Generales en representación de la vida consagrada, así como los testimonios de experiencias y buenas prácticas recibidos de todo el mundo y las observaciones de casi doscientas realidades internacionales, facultades universitarias, asociaciones de fieles, comunidades e individuos, constituyen la base para la redacción de este Instrumentum laboris de la segunda sesión, enraizándolo en la vida del Pueblo de Dios en todo el mundo.


Estas voces han expresado la gratitud por el camino recorrido, por los esfuerzos que a veces requiere, pero sobre todo al deseo de avanzar. Así se expresa una Conferencia Episcopal de América del Norte: «La gratitud por el camino sinodal es profunda [...]. Siguen existiendo tensiones, que requerirán seguir una línea de reflexión y diálogo, inspirándose en la idea de cultura del encuentro propuesta por el Papa Francisco. Pero estas tensiones no rompen la comunión de la caridad en la Iglesia». También nos recuerdan que aún queda mucho camino por recorrer.


Como en las fases anteriores, se reafirman los frutos de la adopción del método de la conversación en el Espíritu. Por ejemplo, una federación de Conferencias Episcopales señala: «Muchas síntesis procedentes de toda Asia expresan un entusiasmo increíble por la metodología sinodal, que emplea la conversación en el Espíritu como punto de partida del camino.

Muchas diócesis y Conferencias Episcopales han introducido este método en sus estructuras, con gran éxito». Este entusiasmo ya se ha traducido en pasos concretos de experimentación de un modo de proceder más sinodal. En una conferencia episcopal europea «se decidió iniciar una fase de experimentación sinodal de cinco años. A nivel nacional, se trata de desarrollar, evaluar y perfeccionar formas de consulta sinodal, de diálogo, de discernimiento, así como procesos de toma de decisiones que articulen la fase de elaboración (decision-making) con la de toma de decisiones (decision-taking). Se tendrán en cuenta las experiencias de las diócesis, así como los desarrollos sinodales en otras partes del mundo y en la Iglesia universal. Nos encontramos al comienzo de un exigente, pero importante camino de aprendizaje». Existe una mayor conciencia sobre el valor de las Iglesias locales y de su camino, de la riqueza de la que son portadoras y de la necesidad de escuchar sus voces. Según la síntesis enviada por una Conferencia Episcopal africana, «ya no se pueden considerar y tratar a las Iglesias locales simplemente como destinatarias del anuncio del Evangelio, que tienen poco o nada que aportar»

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